Fernando Irala

Concatenaciones / Elecciones estatales: entre la inercia y la resistencia

Lejos estuvieron los resultados de las elecciones estatales del domingo pasado, del carro completo anunciado y presumido por Morena.

Escritas estas líneas al cierre oficial de las casillas, seguramente cuando el lector las lea, ya contará con datos mayores y más precisos de lo acontecido en los comicios.

Pero está claro que al menos un estado, Aguascalientes, lo retuvo el PAN, y que en otros dos, Durango y Tamaulipas, el resultado es cerrado, independientemente de quien finalmente pueda acreditarse el triunfo.

No fue, pues, un día de campo para el partido en el gobierno.

Lo más relevante, además de la definición inmediata de quién gobierna qué, es la proporción de los votos de los ciudadanos, y cómo abonan o acotan la continuidad del grupo en el poder.

A estas alturas, el gran pendiente es el tema de la sucesión en 2024, así como la posibilidad de que el Presidente nos herede a su delfín, y éste o ésta reciba la aceptación mayoritaria.

Como sucedió en las elecciones de 2021, e incluso en las ocurridas en los años anteriores, el apoyo a Morena sigue siendo en general mayoritario pero a todas luces menguante.
Como anotan los observadores, el desgaste del poder aún no ha hecho mella en el Presidente, pero sí en su aparato político.

Después de ello, la única aduana pendiente es la elección el año próximo de las gubernaturas de Coahuila y el estado de México, los últimos bastiones priístas.

Luego de ello, quedará conformado el mapa político en el que se llevará a cabo la magna batalla de 2024.

Ahí se definirá si el país tiene futuro, o si el retroceso continúa.

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