Fernando Irala

Concatenaciones / Pueblo en vilo

En unos pocos días, San José de Gracia se ha vuelto tristemente célebre.

Escenario de un fusilamiento masivo perpetrado por un grupo de criminales que se dio el lujo y el tiempo de llevarse los cadáveres y lavar los rastros –el río de sangre descrito por una voz anónima—, ese pequeño pueblo es un dramático ejemplo de lo que ocurre en un lugar copado por el narcotráfico, pero visto de manera panorámica es también descripción de lo que sucede en vastas áreas del territorio nacional.

Hasta antes de ello, San José de Gracia se había vuelto más o menos conocido en la cultura nacional por un singular libro del insigne historiador Luis González, publicado hace más de medio siglo con un título que ahora resulta profético: “Pueblo en vilo”.

Escrito casi como un divertimento, su autor empezaba por advertir que ese pueblo “figura en muy pocos mapas y en poquísimos se ubica bien”; “es un punto ignorado del espacio, el tiempo y la población de la República”.

También de manera profética concluyó en aquellos tiempos ya lejanos: “Ahora es una comunidad en vilo, en situación insegura, inestable, frágil, precaria, de quita y pon, prendida con alfileres, en tenguerengue, en falso, sin apoyo en la tierra”.

Así transcurre actualmente la vida de millones de mexicanos, en pueblos y ciudades en que el crimen organizado dispone de la vida y las rutinas de la población, copta policías y autoridades, extorsiona a comerciantes y productores, controla rutas de entrada y salida, y se apodera de la economía y la política a todos los niveles.

Ni las policías locales, disminuidas, sin capacitación, mal armadas y peor pagadas; ni las policías estatales en similares situaciones; ni el Ejército distraído en labores de albañilería y construcción ferroviaria; menos la Guardia Nacional, novísima entelequia resultado de los afanes destructivos en boga, sirven a la hora de la hora para proteger a la comunidad o perseguir a los delincuentes, ni siquiera los disuaden.

Así está todo el país, y cada vez peor. Hemos convertido a México en un pueblo en vilo.

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