ARNULFO VALDIVIA MACHUCA

Universos Holográficos

@arnulfovaldivia

Un interminable movimiento elíptico alrededor del centro define el movimiento de las galaxias. La misma elipse describe el rítmico viaje de los planetas alrededor de una estrella. Así funcionan también los átomos: electrones en un vals perfecto alrededor de un núcleo de protones y neutrones que, cual pequeñísimos sistemas solares, honran la perfección de un universo holográfico. Así es o, al menos, así parece ser nuestro mundo: un holograma de patrones paralelos.

Pero ¿qué es un holograma? Fundamentalmente es una proyección en tres dimensiones de un objeto de dos dimensiones. Un holograma no es real; es una proyección que parece real de un objeto que está en otro lado, como en el cine: la película en sí es una tira plástica, que sólo cobra vida cuando se le aplica una luz que la proyecta sobre una pantalla. Las imágenes que vemos no son reales, pero parecen serlo. Un holograma es eso, pero en tercera dimensión.

Joakim Strand se llama y no descansó hasta que logró que un grupo de ingenieros diseñadores de molinos de viento pasara un largo fin de semana con un notable grupo de ornitólogos. Strand, quien es Presidente del Comité del Futuro del Parlamento de Finlandia, está convencido de que los futuros molinos para generación de energía eólica deben inspirarse en el movimiento de las alas de las aves, para hacerlos altamente eficientes. El Comité del Futuro se dedica a reflexionar sobre cómo Finlandia puede adelantarse a la complejidad de un mundo en permanente cambio.

Una característica adicional de los hologramas es que cada parte de ellos contiene la información del todo. Por eso, si cambias de posición, el holograma te permite ver otra cara de la proyección, haciendo que la imagen se vea siempre en tercera dimensión, sin importar el ángulo desde el cual la observes.

Pero ¿dónde convergen las elípticas danzas galácticas con los alados molinos de viento finlandeses? En lo que se ha llamado la organización holográfica; un diseño que busca que, como hologramas, las organizaciones proyecten principios generales que vivan en cada parte de ellas y las hagan altamente eficientes.

Cinco son los principios básicos de una organización holográfica: todos los valores deben estar presentes en cada colaborador; todos los colaboradores deben entender la relevancia de cada persona de la organización; la complejidad interna debe ser idéntica a la complejidad externa en la que se opera, como el Comité del Futuro; no imponer rutinas sino permitir que evolucionen; y aprender a aprender de la experiencia.

El Sr. Strand cree en los pájaros y también en los gobiernos holográficos. Quizá de algo sirve su excentricidad. Con 5 millones de habitantes, Finlandia es el octavo país más innovador del mundo. Algo podríamos aprender como países y como empresarios. Es el consejo pluridimensional de tu Sala de Consejo semanal.

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