En el diplomado en Comunicación Política que participo, se lo digo a los estudiantes: lo que hace en “las mañaneras” el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador -y a lo que muchas personas le llaman “temas absurdos que no vienen al caso”-, tiene una explicación científica: Se llama “condicionamiento”, para la psicología cognitiva.
Lo explicaré de manera simple y con breves ejemplos:
El jueves 21 de enero, el Presidente López Obrador habló durante nueve minutos de beisbol en la mañanera, y uno podría preguntarse: ¿por qué habla de eso?; ¿trae algún beneficio hablar de un deporte en momentos de crisis económica, de inseguridad o de salud?; ¿no sería mejor que explique la logística de un nuevo esquema de vacunación contra la Covid-19?; ¿por qué mejor no presenta un plan estratégico para surtir a los mexicanos oxigeno medicinal contra la Covid-19 así como trató de surtir gasolina en enero de 2019?
Solo son cuatro preguntas, pero estoy seguro que usted puede pensar que hay más temas, sobre todo, de esos a los que les llaman “temas serios”.
¿Usted sabe por qué el Presidente en una conferencia mañanera mostró el avión presidencial y sus interiores?; ¿con eso qué ganancias obtuvieron 128 millones de mexicanos?
¿Por qué se pone a cantar, presenta música o habla de historia?, ¿por qué muestra la caricatura de Don Gato y su Pandilla?
¿Más ejemplos de temas que parecen la presentación de un circo? Mejor lo dejo a su memoria.
Ahora, la explicación científica:
En el siglo XIX, Iván Pávlov presentó su teoría acerca de las asociaciones entre estímulos, o también se puede entender como: Aprendizaje por asociación.
Se preguntará, y qué tiene que ver este científico ruso con López Obrador. La teoría del condicionamiento de Pávlov, explica la conducta más vital de los animales superiores, incluido el ser humano, y es esto lo que hace Andrés Manuel López Obrador en sus mañaneras, al presentar temas “absurdos”, como le llaman algunos.
El experimento que Pávlov hizo, lo resumiré de manera muy simple: A unos perros, les puso unos receptores de saliva en las comisuras del hocico. El científico, antes de servirles comida hacía sonar una campana, hasta que los perros asociaron el sonido de la campana, con el momento de comida. Los perros al momento de oír la campana salivaban y así es como Pávlov se percató de que el estímulo del sonido de la campana, provocaba la salivación. Se asociaba un estímulo con una respuesta.
¿Más dudas? Con seguridad las tiene.
Lo que poco se sabe de estos experimentos, es que los ayudantes de Pávlov y el propio científico ruso, descubrieron que los perros no salivaban cuando a la habitación de experimentación y segundos antes de iniciar los ejercicios, ingresaban nuevas personas para observar. ¿Por qué sucedía esto si el experimento estaba ya comprobado?
Pávlov llegó a la conclusión de que un nuevo estímulo (ingreso de personas nuevas) distraían al perro, y se rompía el condicionamiento “sonido de campana-salivación”.
Ahora regresemos a López Obrador con algunas conclusiones:
a) Estoy seguro de que AMLO tiene asesores que entienden de neurociencia aplicada a la comunicación y tienen bien estudiada la cultura del mexicano. Sobre todo, con la idea de hablarle a su base electoral; a los que tiene como simpatizantes incondicionales.
b) Algunos analistas dicen que AMLO lanza distractores y la gente común dice que sale con “temas estúpidos”. Los que saben de neurociencia aplicada a la comunicación y al marketing, saben que lo que el Presidente hace, es aprovechar lo que ahora sabe de cómo piensan los mexicanos. Es por eso que sale con temas populares, ordinarios, de fácil comprensión y muy fácil recordación, muy emocionales, aquellos temas que hacen eco cultural y en el cerebro de muchos mexicanos.
c) ¿AMLO distrae? Sí, porque ahora sabe -como lo descubrió Pávlov-, que al cerebro hay que darle un estímulo nuevo para moverlo de la atención que presta, por eso, en lugar de permitir que la gente esté concentrada y pensando en temas serios, peligrosos, temas de vida o muerte para los mexicanos, lo que el Presidente hace es llevarse el cerebro de millones de mexicanos hacia focos de atención que le benefician a él.
En palabras populares: lanza distractores a la gente; pero ojo, no es un tema de inteligencia o no, porque también he leído a periodistas decir que los seguidores de AMLO son idiotas. En realidad, no son eso. Esto es un tema de ciencia, del cerebro humano, de neurofisiología. No es tema sencillo y el cerebro humano es igual para todas y todos.
Y a todo esto, ¿habrá forma de contrarrestar lo que hace el Presidente con su comunicación y marketing?
Claro que sí hay manera. Pero de técnicas de neuro-comunicación y neuro-marketing, político hablaremos en otra ocasión.
* El autor es consultor, estudia la maestría en Comunicación, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.
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