FERNANDO IRALA

Concatenaciones / El difícil intento de bajar la inflación

La epidemia del Covid trajo primero la parálisis económica, al cerrar en un primer momento todas las industrias que no se consideraron prioritarias.

Luego, la imposibilidad de mantener inactiva a buena parte de la planta productiva llevó a una cautelosa reanudación de actividades.

Por todo ello, 2020 fue un año perdido.

El ciclo siguiente fue de recuperación, modesta en la mayoría de los países, pues por un lado el virus nunca ha terminado de irse, y por otro las medidas de desactivación generaron secuelas indeseables que aún no acaban de superarse, como la desarticulación de cadenas productivas internacionales y la imposibilidad material de regresar a los niveles de antes de la pandemia.

En el año subsecuente, éste 2024 que nos ha tocado en suerte, el crecimiento va de mal en peor, pero ha aparecido un fenómeno añadido, un viejo conocido de la humanidad, desde que ésta lidia con temas financieros y bancarios: la inflación, esa subida constante en los precios de bienes, productos y servicios, que se va comiendo el poder adquisitivo de toda la población, pero que afecta sin duda a los más pobres, y los vuelve más vulnerables.

Esta vez, la inflación es un fenómeno planetario y no un mal inducido en algunos países. Se ha causado por la mezcla de la parálisis productiva que ahora no acaba de recomponerse, la lentitud y el incremento de costos en los sistemas de distribución de mercancías, y la existencia de una gran liquidez en la economía, como resultado de la gran cantidad de apoyos que recibieron trabajadores, comerciantes, empresarios, ante la emergencia sanitaria.

Esto último no es el caso de México; aquí se negó casi todo apoyo a las cadenas productivas, con lo cual estamos en el peor de los mundos posibles: empresarios quebrados, empresas lastimadas, crecimiento prácticamente nulo, e incremento de precios que viene desde fuera, como es el caso emblemático de las gasolinas, y que se repite en cualquier sector que analicemos.

Ahora se intenta controlar la inflación mundial con una receta doméstica.

No hay manera. Será inútil. Lo veremos a lo largo del año, y el siguiente.

 

Artículos relacionados

Deja un comentario