Fernando Irala FERNANDO IRALA

Concatenaciones / Ayotzinapa: octavo aniversario

Una escalada de ataques contra instalaciones militares ha sido la estrategia del movimiento de normalistas en las vísperas del octavo aniversario de la tragedia de Iguala, en que 43 jóvenes fueron desaparecidos sin que hasta la fecha se sepa con exactitud cómo se les asesinó y dónde quedaron sus cuerpos.

La promesa al comienzo del actual régimen, de esclarecer los hechos, y luego el reciente informe de la Comisión de la Verdad que se formó, no han servido para calmar los ánimos, que por el contrario más bien se han exacerbado.

Tan es así que de la tradicional toma de casetas, el secuestro de autobuses y el robo de pipas y camiones de víveres, los normalistas han transitado a la vandalización de diversas zonas militares, primero las de Chilpancingo e Iguala; hace unos días el Campo Militar número uno, además del bloqueo de arterias principales en la ciudad de México.

Habida cuenta de estos antecedentes de movilización y vandalismo, algo memorable ocurrirá este lunes, cuando se cumplan ocho años justos de la desaparición de los normalistas.

Entre el radicalismo de los jóvenes, la infiltración evidente de grupos de narcos que los azuzan para sus propios fines, y la negligencia y demagogia de autoridades que les han dado promesas incumplidas, el movimiento de los normalistas ha llevado a un callejón sin salida, mientras su agresividad y su audacia crecen sin que haya quien los atempere.

La investigación de la comisión de la verdad está plagada, más que de verdades, de suposiciones y revuelcos de hechos ya conocidos, y ha contribuido a enrarecer aún más el entendimiento de lo ocurrido en Iguala.

Por lo pronto ha servido para encarcelar al entonces procurador general y a un general, mientras continúan libres otros muchos funcionarios y militares involucrados, aunque sin pruebas contundentes, en el informe de dicha comisión, un alto número incluso con sus órdenes de aprehensión ya canceladas.

A ocho años, no se ve que el ya muy enredado y manoseado asunto pueda resolverse bien.
Mientras, veremos qué ocurre esta jornada.

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