JESÚS ZAMBRANO

Significado e importancia del “voto útil”

En los últimos días muchas personas, amigos y familiares, me han preguntado qué es eso de “EL VOTO ÚTIL”, para qué sirve y cómo hacer uso de él para las elecciones del próximo 6 de junio.

El término en cuestión se ha acuñado y fortalecido en escenarios electorales de sistemas democráticos donde la competencia entre los candidatos, partidos o coaliciones, se va cerrando y polarizando ya muy cerca de los comicios en los cuales habrá de decidirse qué opción es mejor.

Así, la o el aspirante que busca obtener la victoria llama -a quienes aún no han definido su voto, y/o tienen inconformidades con el desempeño de su partido o coalición- a votar por él/ella a cambio de cumplir ciertos compromisos programáticos, políticas oficiales o la inclusión en determinados espacios.

A mi juicio, en estos momentos estamos arribando a un escenario en el que se presenta este tipo de situaciones.

A menos de 3 semanas de las contiendas, se han ido polarizando dos grandes bloques nacionales con sus respectivos referentes estatales y locales: El que conforman Morena y sus aliados, por un lado; y por el otro, la coalición “Va por México” (convocada y respaldada por la sociedad civil y organizaciones preocupadas por la debacle a la que se nos está llevando), integrada por PRD, PAN y PRI.

Distintos sondeos dan cuenta de esta polarización donde los números e intenciones de voto cambian aceleradamente conforme las campañas se desarrollan, de tal suerte que lo que hace 2 o 3 meses parecía “un día de paseo” para Morena con ventajas que parecían insuperables en las 300 diputaciones federales y las 15 gubernaturas en juego, ahora se reportan “empates técnicos” o contiendas definidas en favor de “Va por México”.

Queda claro que Morena ya no tiene el “carro completo” que esperaba.

La agudización de los problemas nacionales en materia económica, de seguridad, salud, y bienestar por los pésimos desempeños gubernamentales; así como el acelerado proceso de concentración del poder en el Presidente de la República, sus ataques a los opositores, la INE, al Tribunal Electoral violando la propia Constitución; el desaire a las familias de víctimas de la violencia y –recientemente- hacia las y los sucumbidos por el desplome de un tramo de la línea 12 del Metro de la Ciudad de México con su lacerante frase: “¡Al carajo!” han contribuido, entre muchas otras cosas, a que la sociedad repare en “Va por México” porque entiende la urgencia de lograr que Morena no repita la mayoría en el Legislativo ni en los estados, y frenar esta locura dictatorial de AMLO que nos lleva al abismo. Entienden que es necesario reorientar el rumbo nacional.

Conforme nos acercamos al 6 de junio, el ánimo social cambia. La “ola obradorista” del 2018 viene de regreso; pero ahora alimentada por la desilusión, la desesperanza, y el reclamo airado de las promesas incumplidas que la gente identifica como: Engaños y traición.

Esto ya preocupa y enoja a AMLO, quien ha desplegado el discurso del “fraude” desde la “oposición en alianza con el INE”, al tiempo que –desde Palacio Nacional- él configura una elección de Estado comprando votos con los recursos que eran para medicamentos, educación; mujeres y familias de desaparecidos; además de emprender -desde la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de Justicia- la persecución y encarcelamiento de sus opositores.

Al darse cuenta que pierde el control, sube el tono de sus descalificaciones y la confrontación política, alimentando enormes riesgos para la estabilidad del país.

Estamos en un escenario con el que no hay medias tintas y solo tenemos una de dos: Votar por Morena o por la coalición Va por México (PAN, PRI, PRD). El voto por cualquiera de los demás partidos sería inútil porque terminaría con Morena.

El “Voto Útil” permitirá al país frenar el riesgo de caer en un absolutismo.

El voto de las y los electores el 6 de junio solo funcionará si se da a favor de cualquiera de los partidos de la coalición “Va por México” (PRD, PAN o PRI), que se sumarían; pero ningún voto a Morena ni a sus satélites, como tampoco a quien se ostenta como “tercera vía” y la “opción ciudadana”.

Las diócesis de la Iglesia Católica del país dijeron que no votar sería “un pecado”. Yo diría que no votar sería votar por que todo siga igual.

El ejemplo más claro de llamar al “voto útil” es la decisión de Ricardo Bours de MC en Sonora al declinar y sumarse a Ernesto “El Borrego” Gándara. El futuro ya llegó y es el 6 de junio. Es por México.

@Jesus_ZambranoG

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