Las renuncias escandalosas y mediáticas parecen ser el método elegido por los personajes que abandonan la 4T.
El primero en recurrir a este método y generando un gran chismarajo en su momento, fue Germán Martínez cuando renunció al IMSS, ya que por medio de una extensa carta se quejó amargamente de las razones que lo llevaron a su dimisión.
Inmediatamente después de conocerse el pliego de lamentos de Martínez, el exdirector del IMSS, Mikel Arriola los descalificó con una frase lapidaria: “yo le deje a Germán un instituto completamente sano.
Pocas semanas después le llegó el turno a Carlos Urzúa, que anunció su renuncia a la Secretaría de Hacienda por medio de su cuenta de Twitter, donde publicó una carta en la que explicaba las razones de su salida.
Urzúa congruente con su ideología emigró a sus refugios de ultraderecha, los cuales trató de disfrazar con su regreso a la academia en el Tecnológico de Monterrey.
En los meses posteriores se presentaron más renuncias, pero muchas están relacionadas con errores o descalabros de los propios protagonistas, ya sea por filtraciones de audios o investigaciones periodísticas que dañaron su imagen.
La última dimisión fue la de Jaime Cárdenas (un personaje fuertemente ligado a Manuel Bartlett) al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, una institución escenográfica de la lucha contra la corrupción que encabeza el primer mandatario, que, si bien es importante, no se trata de uno de los pilares como si lo son la Unidad de Inteligencia Financiera encabezada por Santiago Nieto Castillo; y la Secretaría de la Función Pública a cargo de Irma Eréndira Sandoval.
Será que Jaime Cárdenas se dio cuenta que era mejor abandonar el barco que hundirse con el capitán, suponiendo que algo así estuviera sucedieron con la 4T, eso no habla en ningún momento de lealtad.
La lealtad se mantiene hasta el final y también puede ser critica, no se trata de solapar decisiones en las cuales no estas de acuerdo, más bien de remar juntos en la búsqueda de un mismo fin. Y seamos sinceros, tres meses no son nada para evaluar los resultados y las áreas de oportunidad.
A pesar de su lealtad, el académico Jaime Cárdenas decidió renunciar públicamente con una carta en donde culpó a otros sus resultados o de la falta de estos, se encargó de difundirla y después le brindo entrevistas a pocos medios, casi todos sus amigos, uno de ellos Rene Delgado, editorialista de Reforma, diario que aprovechó esta conversación para su primera plana de ayer con declaraciones escandalosas y fuera de contexto.
Nadie puede obligar a Cárdenas a permanecer en un puesto que no quiere, ya sea porque no se siente apoyado o porque no cuenta con las capacidades necesarias, lo que sí podría cuestionársele es la necesidad de mediatizar una renuncia que pudo darse con la debida discreción, más si como pregona, aún es leal al proyecto de López Obrador.
Era de esperarse entonces la reacción de López Obrador, quien le dio la razón a Cárdenas con las siguientes palabras:
“Tiene razón, pedimos lealtad a ciegas al proyecto de transformación, porque el pueblo nos eligió para eso, para llevar a cabo un proyecto de transformación, para acabar con la corrupción, para acabar con los abusos, para llevar a cabo un gobierno austero, sobrio, para hacer justicia.
Entonces, sí es lealtad al pueblo, básicamente, no a mi persona. La lealtad a las personas se convierte, la mayoría de las veces, en abyección, en servilismo. Nosotros queremos lealtad al proyecto de transformación, eso es lo que pedimos”
No cabe duda de que hay de lealtades a lealtades.
EN TIEMPO REAL
De acuerdo con una encuesta de Enkoll publicada el pasado martes, el 56% de los guerrerenses votará por el candidato de Morena a la gubernatura, el 21% por el PRI, el 13% por el PRD y el 6% por el PAN.
Y de los personajes que podrían obtener la candidatura de Morena, se mantiene a la cabeza el super delegado Pablo Amílcar Sandoval con 15 puntos de ventaja al senador con licencia Félix Salgado Macedonio y 20 de Luis Walton Aburto, exedil de Acapulco.
Amílcar es un funcionario que sabe trabajar en equipo y que como el mismo dice los buenos resultados en materia de seguridad indican que van por el camino correcto, aunque aún hay mucho por hacer en Guerrero.