Juan Carlos Flores Aquino
Vaya fin de semana mortal que tuvimos, con las violentas muertes de motociclistas, que por si faltara un ingrediente extra, hay entre los fallecidos desde un policía de investigación hasta una estudiante de Derecho, así como la novia de un presunto delincuente, tal y como lo documentó La Prensa.
¿Qué es lo que pasa todos los fines de semana en la México-Cuernavaca? Lo sabe medio mundo: grupos de motociclistas se reúnen en Tres Marías a tomarse sus caguamas, para posteriormente echar carreritas, arrancándose a velocidades mortales que alcanzan los 250 kilómetros por hora, donde la máxima es 90, y en algunos tramos, como “la pera” de 50 por hora.
¿Por qué si esto sucede cada fin de semana, ni Caminos y Puentes Federales, ni la Guardia Nacional hacen nada? No puede haber otra respuesta que la corrupción, esa que dice López Obrador que ya se terminó. Y ahí no hay a quien culpar, es territorio federal.
Las muy pocas patrullas de la extinta Policía Federal, ahora de la Guardia Nacional, detienen automovilistas que superan el límite de velocidad, pero nunca, se ve algún motociclista detenido en el acotamiento, si acaso algún camión o tráiler para la famosa “mordida”.
Ahora, ¿Quién regula la venta de bebidas alcohólicas en las autopistas? ¿Le corresponde al Estado de Morelos? ¿A la Ciudad de México? Y qué decir de CAPUFE ¿no se les habrá ocurrido a esta fecha implementar un alcoholímetro en puntos estratégicos? ¿A dónde van los millones de pesos que pagamos en las casetas? ¿AMLO culpará a Salinas de privatizarlas?
Desafortunadamente, se juntan varios factores cuya única conclusión es que no hay autoridad. Dicen algunos “reglamenten los límites de velocidad, legislen leyes más severas”, pero estas existen, aunque casi nunca se respetan.
El Presidente que asegura que la corrupción acabó, debería darse una vueltecita a Cuernavaca en vehículo compacto, sin prensa, sin ayudantía, y que vaya manejando el desconocido titular de CAPUFE y de copiloto Luis Rodríguez Bucio, Comandante de la Guardia Nacional, para que confirmen lo que aquí les escribo.
