Yamiri Rodríguez Madrid
Un reporte reciente de Naciones Unidas reveló que las sequías se encuentran entre las mayores amenazas para el desarrollo sostenible. Las previsiones -recalcaban-, estiman que para 2050 las sequías afectarán a más de las tres cuartas partes de la población mundial y que el número y la duración de éstas han aumentado un 29% desde 2000 y, al día de hoy, hay más de 2 mil 300 millones de personas que sufren problemas a causa de la escasez de agua. Aquí en Veracruz lo estamos padeciendo.
Durante los meses de marzo y abril, previo a la llegada de la tercera ola de calor, había casi un centenar de municipios veracruzanos con problemas por sequías. Al 15 de junio, el reporte más reciente que se puede consultar, el Monitor de Sequías de México, daba cuenta de que el 37.6 por ciento del territorio estatal enfrenta problemas que van, desde condiciones anormalmente secas, a sequía moderada y severa.
Por eso es cada vez más frecuente escuchar que en diversas colonias la gente pasa días y días sin agua; los tandeos que se aplican en algunos municipios, son difíciles de respetar y las protestas en demanda del servicio van en aumento. Peor aun fueron las recientes declaraciones del doctor Martín Aluja, investigador del INECOL y de la Universidad Veracruzana (UV), quien advirtió que, al ya no haber control de los recursos naturales por parte de las autoridades, la deforestación avanza y arrasa, poniendo en inminente peligro a los bosques y el abasto de agua.
Todo esto impacta directamente en nuestro sector primario; el campo y la ganadería están pasando una situación sumamente compleja, pero también en las zonas urbanas, en nuestras casas. Y ya los meteorólogos nos advierten que estas olas de calor que hemos padecido, cada vez serán más frecuentes, comunes en años venideros. Por eso tenemos que actuar ya.
Es urgente que las autoridades de los tres órdenes de gobierno, representantes populares, academia y, por supuesto, nosotros los ciudadanos, trabajemos en preservar la riqueza natural de Veracruz.
Tenemos que emprender una gran cruzada, sin colores ni ideologías, donde nos sumemos a reforestar nuestros bosques, selvas y manglares; a limpiar nuestros ríos y lagunas, a aprender a cuidar el agua. Y si usted no puede sumarse, haga lo propio desde su hogar, porque de que se puede, se puede. Hoy nuestro entorno nos está mandando un grito desesperado a todas y a todos de que hagamos algo.
Aún estamos a tiempo.
@YamiriRodriguez