LIC. MARKO CORTÉS,
PRESIDENTE DE ACCIÓN NACIONAL:
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Refrán popular estadounidense
Revisé la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanas, en su versión del 9 de septiembre de este año, y por más que le busqué, no encontré una sola línea que hable de empresas turísticas o líneas aéreas, mucho menos de corporativos.
Pero claro, son los tiempos de la 4T. Lo que nunca cruzó por mi mente es que como parte de tal transformación, los militares y los marinos se convirtieran en empresarios en toda la extensión de la palabra.
Imagino que como no hubo mayor crítica al proyecto de SEMAR para operar vuelos y servicios de trasbordadores hacia las Islas Marías, pues la SEDENA se siguió de frente con su proyecto empresarial. Si he de ser sincero, lo de las Islas Marías no lo vi tan cuesta arriba, porque se le dio un tinte medioambientalista al proyecto.
Ahora es distinto.
Resulta que la SEDENA tiene un ambicioso proyecto empresarial.
Como ustedes recordarán, el inquilino de Palacio encomendó a los militares la operación -y a veces construcción- de los aeropuertos AIFA, Palenque y Tulum. Además construye una parte y operará el Tren Maya. Todo esto ya nos parecía una exageración, pero don Andrés y la SEDENA siguieron adelante.
Entonces, para llevar a cabo una integración horizontal del negocio, pues los militares crearán la empresa Servicios Turísticos Itzamaná, a fin de operar un desarrollo ecoturístico y cuatro hoteles.
La cereza del helado y, al mismo tiempo el problema, es la creación de una línea aérea comercial que cubriría vuelos hacia y desde los aeropuertos bajo control de SEDENA. Hasta donde entiendo, la administración de un aeropuerto es incompatible con el manejo de una línea aérea, pero ya sabemos que eso de que “la ley es la ley” es una frase en desuso actualmente.
De lo trascendido sobre el proyecto militar no queda claro si el corporativo, denominado Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica, será una paraestaal, aunque las cuatro empresas que lo conforman sí serán “S.A. de C.V.” Un poco a la manera de PEMEX, cuya matriz es paraestatal y sus filiales sí son S.A.
Pero no por eso debemos obviar la diferencia abismal entre una figura jurídica y otra. Una paraestatal persigue objetivos de carácter público -como PEMEX, aunque lo haga mal- y ha de responder al gobierno sobre el cumplimiento de sus funciones. En cambio, una sociedad anónima de capital variable es libre de dedicarse al negocio que mejor le plazca y su objetivo central es… ¡obtener ganancias!
Si mal no recuerdo, cuando empezó la construcción del Tren Maya, el presidente anunció que dejaba a los militares el manejo de la empresa correspondiente con dos propósitos: Primero, que un siguiente gobierno NO la privatizara; segundo, que los beneficios obtenidos fueran para garantizar las pensiones de los militares.
Nunca me acabó de convencer tal razonamiento, porque todo ingreso obtenido por bienes, servicios y/o productos del Estado deben integrarse a la arcas nacionales. En fin, no nos pongamos quisquillosos con eso de cumplir las normas de la administración pública…
Ayer, en la mañanera, un compañero periodista preguntó al presidente sobre esta información. “Es cierto,” lo confirmó con una amplia sonrisa, agregando al negocio “el aeropuerto de Chetumal y otros dos más. (…) Acabo de ver el proyecto. (…) Se está haciendo el análisis, de viabilidad.” La justificación presidencial para este embrollo es que “hace falta que haya más servicios…” ¡Me doy!
Tengo una pregunta para usted, don Marko. No sé si sería jurídicamente viable que los militares aprovechen o estiren la liga del artículo 4º de la Ley Orgánica que les rige para sustentar su proyecto empresarial. Me refiero al clausulado que dice:
“El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos están integrados por: (…) II. Los recursos que la Nación pone a su disposición; y III. Edificios e instalaciones.”
Y como el presidente ha puesto a su disposición tantas instalaciones…
¡Ya nomás les faltará una señal de radio y otra de TV y estarán hechos..!
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