LEOPOLDO MENDÍVIL

Crónica Confidencial / Gorbachov: adiós a uno de los grandes

A LAS NUEVAS GENERACIONES:

 

 Hombres ilustres tienen por

tumba, la tierra entera

Tucídides

 

Ayer, hacia el mediodía, llegó la noticia del fallecimiento de Mikhail Gorbachov, quien fuera líder de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas y sobre quien ustedes apenas leerán un par de párrafos en sus libros de Historia. Por eso quiero dedicar esta columna a un líder que, en su breve mandato, transformó a su país y la geopolítica internacional.

A fines de la década de los 80’s, Gorbachov sorprendió al mundo con sus propuestas glasnot y perestroika, refiriéndose así a la apertura política y la liberalización económica.

Sus biógrafos afirman que sus convicciones le vinieron de sus amargas experiencias vividas en su niñez y juventud. Nació en 1931, al sur de Rusia, en el seno de familias campesinas. Por ese entonces, Joseph Stalin impuso la colectivización de la agricultura provocando, por un lado, una gran hambruna por el trastocamiento del sistema tradicional de producción y, por el otro, una fuerte represión hacia aquellos campesinos que se opusieran. Entre estos últimos estuvieron sus abuelos materno y paterno, ambos encarcelados.

Siendo muy joven y recién salido de la Universidad Estatal de Moscú, fue delegado del Partido Comunista para la Juventud. En sus memorias cuenta que no pudo evitar ver las discrepancias entre el discurso ideológico que él emitía a los jóvenes y la realidad de pobreza en que éstos vivían.

Otras experiencias que marcaron su vida fueron, primero, un viaje a Checoeslovaquia, donde se reencontró con un antiguo compañero de estudios, quien había participado activamente en la Primavera de Praga, el movimiento independentista checo que fue cruelmente aplastado por la URSS. Le sorprendió, contaba, escuchar el odio de los checos hacia la opresión soviética. Luego vinieron viajes a países europeos, donde se percató de un nivel superior de vida y de la libertad de crítica hacia los gobiernos; todo era muy distinto a lo que él oía en la propaganda soviética.

Su carrera política continuó en ascenso hasta llegar a ser ministro de Agricultura, donde debió enfrentar un período de malas cosechas, un sistema de planificación económica centralizado y un estancamiento generalizado. Ahí fue donde inició sus muy discretos experimentos de liberación de la producción.

Los mandatos breves de Andropov  y Chernenko finalmente le la oportunidad de alcanzar la Secretaría General del PC y, a partir, de ahí, su planes reformistas no pararon, a veces con decisión, otras con titubeos.

Dentro de su política de liberalización económica estuvo la creación de “cooperativas” que, para efectos prácticos eran pequeñas empresas privadas, como panaderías, reparadoras de calzado y lavanderías, y así sucesivamente. No obstante, no pudo transformar las empresas paraestatales.

En lo político, era un convencido del pluralismo y las nuevas ideas. Promovió los primeros comicios libres, por los cuales reformistas más extremos como Boris Yeltsin ganaron espacios y los partidos independentistas triunfaron en los países bálticos. También por primera vez se transmitieron por televisión los debates en el parlamento, con discusiones incluidas.

Tantos cambios lo enfrentaron a dos fuerzas opuestas. Por un lado, los militares, la KGB y la vieja guardia estaban a disgusto con la transformación del sistema; por el otro, los reformistas empezaron a rebasarlo. Mikhail estaba en la incómoda posición de negociar y buscar el equilibrio entre ambas fuerzas, limitando su capacidad de maniobra

Tal vez una de las acciones por las que más se recuerde en Occidente a Gorbachov es por su encuentro en Islandia con el entonces presidente de EUA, Ronald Reagan (1986) y que un año después fructificó en un acuerdo para el control de armas nucleares. Gorbachov no deseaba una carrera que le era imposible costear, además de que no encontraba utilidad en la división del mundo en dos grandes bloques.

Aunado a lo anterior, Gorbachov decidió retirar las tropas soviéticas de algunos de los países bajo la férula de la URSS, prometiendo no inmiscuirse en sus asuntos internos. Tal decisión política llevó a la caída del Muro de Berlín y la consecuente reunificación de Alemania.

Pero la liga se había estirado demasiado y aunque no era su objetivo, los cambios derivaron en el colapso del sistema soviético.

En agosto 22 de 1991, mientras Gorbachov descansaba en Crimea, el ala dura intentó un golpe de Estado, mismo que fue contenido por Yeltsin. Unos cuantos días después y bajo presión, renunció a su cargo de secretario general del PC.

En años recientes, Gorbachov criticó el retroceso democrático que Rusia vivía bajo el mandato de Vladimir Putin, al considerar que el viejo sistema uniparidista y la suspensión de libertades estaban de regreso.

Mikhail Gorbachov murió a los 91 años, dejando un gran legado para Rusia y para el mundo.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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