De los 61 millones de mujeres que viven en el país, de acuerdo a lo que publica el INEGI, el 73.3 por ciento son madres mayores de 15 años, las que pudieran estar casadas, unidas, viudas, separadas, o ser solteras, pero de una u otra manera son, a no dudarlo, pilares de las familias y de la sociedad mexicana. De estas madres, no pocas viven a diario ultrajes que padecen, ya sea en el seno familiar, en el centro de trabajo, en el transporte, en el campo, donde son tratadas como medio de carga o como producto de trueque. ¿El 10 de mayo significa algo para ellas? o la fecha se ha convertido en una más en la que los hijos, compañeros o esposos lavan sus culpas con un sencillo festejito, en el que ellas trajinan y no disfrutan su condición por lo que representan en sus hogares, en la sociedad, en el país.
¿Cómo celebrarán los hijos de las madres asesinadas en Ecatepec, en Minatitlán o las madres que perdieron a sus hijos en Tlahuelilpan y en otros lugares? ¿Cómo será el día 10 para las afectadas, si la violencia en contra de las mujeres va en ascenso, siendo muchas de ellas, madres y víctimas. Se ha logrado saber también que existe un reporte de 3 mil 260 mujeres desaparecidas aquí en el Estado de México, que cada 160 minutos fué asesinada una niña o una mujer en 2018 (9 mujeres muertas diariamente) y que sólo en 17 estados del país de 32 entidades se ha activado la alerta de género. Vale la pena mencionar, asimismo, en este sentido, que durante enero y febrero de este año, Veracruz, el Estado de México, Nuevo León, Sonora y Jalisco fueron las entidades con mayor número de feminicidios. Como festejar, entonces, el 10 de mayo con estas cuentas a cuestas.
El viernes, los cementerios estarán llenos de flores y veladoras para las madres difuntas (es la costumbre). Ojalá que quienes llegaron a habitar el territorio de la muerte no sea por violencia y que las mujeres a quienes se celebra, vivan sin la incertidumbre que hoy marca sus días.
La Hidra Digital
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