MARGARITA JIMÉNEZ

La Hidra Digital / Familia y pandemia

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@MargaJimenez4

El virus nos aísla e individualiza:
Byung-Chul Han

Sobrevivir es la misión de los seres humanos en la pandemia. Y la familia, debiera ser la fortaleza donde se resguarden sus integrantes.

Hoy la familia está a prueba. Convivir todos los integrantes veinticuatro horas de todos los días, confinados, generalmente en espacios reducidos, durante un año, y probablemente uno más, ha favorecido problemas de violencia física y emocional, especialmente con los niños y las mujeres (los feminicidios se han incrementado), en un tiempo en que la incertidumbre nos hace más vulnerables y pone a flor de piel conflictos y frustraciones.

Hemos abandonado rutinas, agendas y valores. Se ha generado confusión en nuestro entorno inmediato por los problemas propios no sólo del hacinamiento sino económicos y de distribución de las responsabilidades, como las tareas del hogar, la elaboración del presupuesto familiar, salir a la compra de lo indispensable y estar apoyando a los hijos que siguen la escuela ya sea por televisión o en línea.

Los sentimientos solidarios al interior de las familias son los propios de la supervivencia y los afectos. Las prioridades en las relaciones familiares han cambiado, lo que ha provocado la lejanía de los amigos y los amores.

De más de 35 millones de hogares en el país, 4.6 están en el Estado de México, el 86.8 por ciento son familias donde conviven padres, hijos y en algunos casos, abuelos y tíos; el 13.2 por ciento son hogares de una sola persona; y el 32.6 por ciento lo encabezan mujeres.

Todas las familias se encuentran entre el miedo y la esperanza. Miedo a un futuro incierto, riesgoso y problemático, o esperanzados en llevar a cabo los proyectos personales y familiares, eventualmente de comunidad, lo que cada día, frente al desafío del cambio de valores y prioridades de la agenda de preocupaciones de la sociedad nos enfrenta a una nueva realidad en la composición de las células familiares, el cambio de responsabilidades y de una agenda de valores diferentes.

Habrá que repensar las formas de convivencia en familia y comunidad a fin de enfrentar mejor los desafíos que nos pone el planeta y el tiempo de vida de la especie, las enfermedades y su cura.

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