OPINIÓN

Sin estridencias, urge la democracia

Oscar Esquivel Alcocer

@CHICOTOTO02

Entender las democracias es como tratar de entender el universo, se sabe que existen pero nadie sabe dónde empieza y como termina, muchos o un solo cosmos,  nos volcamos en pensar que la democracia es la participación de ejercer únicamente el voto, creyendo que al hacerlo, este acto de fe individual es para quienes resulten ganadores de la contienda sean los único actuantes y responsable de llevar hasta el último destino, nuestro deseo de país.

El gobernante es electo, triunfa y se supone que obedecerá los mandatos ciudadanos, nada más utópico, sin embargo en toda democracia el ciudadano prefiere que la persona elegida, sea quien ejerza ese derecho y nosotros olvidándonos de participar, es como un equipo de futbol, el delantero recibe el balón, pero si no hay quien se lo pase nunca escuchara del publico la aclamación del gol.

Se escribe mucho, se comenta en todas partes, el populismo nos asecha, “seremos como Venezuela” “nos llevan al fracaso como país”. Si reflexionamos sabremos que el populismo surge en cualquier parte, no es exclusivo de países pobres, hay de derecha y de izquierda, es sinónimo de fracaso para algunos, para otros el progreso y la recomposición social, individuos que fomentan el odio racista, otros incrementan la lucha de clases. El populismo no tiene momentos, ni economías, mucho menos se somete a ocasiones precisas de la historia, es simplemente una observación de cosmovisión diferente, observa a su modo las necesidades de las “mayorías”, esos sí, siempre bajo el signo inequívoco que las decisiones las toma un solo hombre.

En días como los que vivimos, ya no sabemos si el presidente López Obrador toma las acciones de gobierno por su propia convicción, o se ve inmerso en un huracán hacia el interior de su gobierno que no le permite encontrar la calma, ni un solo minuto a casi dos años de gobierno.

Con responsabilidad, no creo que el presidente tome acciones ligeras ni ocurrentes, más bien el burocratismo anquilosado lo ha rebasado, aunado a la falta de conocimiento de la administración pública, sobre todo en el primer nivel de su gobierno y la estafeta que le pasan a  los mandos medios del gobierno federal, como ejemplo casi todos los súper delegados, tienen problemas al accionar los programas federales en los estados, la curva de aprendizaje ya se hizo muy larga.

Para transformar la vida de un país, lograr cambios significativos o radicales según  lo vean los políticos, solo hay dos formas, la vía armada con una revolución de “quiétate tú para ponerme yo” o la democrática, como intentamos vivir en México, democracia  maltrecha, corrompida, sobre todo reticente a la participación. 40 años de vida neoliberal, dejo un cumulo de agravios uno de ellos de apartar a la sociedad de las grandes decisiones que se requerían, “la voluntad del pueblo”  la tomaron en su manos un grupo minúsculos que sostuvieron su verdad, causando un gran daño al país en todos los órdenes, sobre todo, la brecha de la desigualdad  se hizo enorme, la corrupción como cultura y la impunidad como cobijo.

La cuarta transformación la (4T) tan esperada, odiada y querida, anhelada y despreciada, renovadora y vieja, avanza sin democracia efectiva, llego con millones de votos en las urnas, ahora “ya no deja votar”.

Participar, debatir, consensar, es muy vaga, sin embargo, López Obrador conocía que el camino no sería fácil, sobre todo cuando el combate a la corrupción, su bandera principal, se tocarían intereses de los grandes grupos económicos, políticos y delincuenciales, por otro lado, chocaría con personajes de alto contenido ideológicos totalmente antagónicos de ultra derecha, quienes me atrevería a asegurar son los causantes de muchos de los males sociales y económicos que aquejan al país, históricamente solo ven por sus intereses, son corruptos y corruptores, claro, siempre bajo la sombra de leyes a modo.

¿A que nos enfrentamos en el futuro? En el inmediato, tendremos elecciones en puerta a solo 10 meses de distancia. La popularidad del presidente presento una baja considerable, desgaste de gobierno, pero ojo,  no como para quedar arrodillado y mucho menos ceder el poder fácilmente. En toda encuesta seria, se supone mantendría un congreso de mayoría y ganaría su partido 10 u 12 de las 15 gubernaturas en disputa, la posición simplemente esta desmembrada, hacia el interior de sus respectivos partidos, desacreditados casi todas las cúpulas partidistas, no se vislumbra, no se asoma ninguna cabeza que haga contrapeso ¡¿las alianzas?! Son y serian la confirmación de las complicidades entre ideológicas antagónicas, resultando políticas equivocadas dañando a la República, simplemente le darían la razón, argumento que le dio el triunfo a López Obrador

En el futuro, bajo un esquema económico y de salud complicado, lo mejor para todos, lo debemos buscar en conseguir el bien común, comenzando primeramente con la serenidad de todos, iniciando por el mandatario federal, mostrando apertura, promoviendo el debate se abrirá la coyuntura para establecer un nuevo orden sin estridencias donde la iniciativa privada confié en el planteamiento económico que presenta la 4T, reglas claras e incluyentes, sin duda se rescataran el número empleos perdidos.

Y segundo, a los detractores casi archienemigos del presidente, solicitarles lo mismo, la cordura, seriedad, compromiso con la nación, no con actos facciosos que no aportan nada, no construye solo divide.

Bajo una verdad innegable del desastre económico, político y social que dejaron los gobiernos anteriores, es necesario no olvidar para que nunca vuelva a suceder, pero hay que invitar a la sociedad, para realmente ser partícipe de la cuarta transformación, creo que no exista un mexicano bien nacido se negara a formar parte de una recomposición social, libre de corrupción e impunidad, el gran cáncer que nos aqueja, para lograrlo, es necesario ejercer en plenitud la democracia, las imposiciones nunca han funcionado.

¡Viva México! Felices fiestas cuidándonos.

Nos saludamos pronto.

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