Varios ayuntamientos veracruzanos están a punto de una crisis debido a que carecen de un espacio para la disposición final de su basura. Desde hace varios meses, la basura se acumula sobre las aceras durante días, porque las rutas de recolección no pueden ser completas, no por falta de unidades, sino por los kilómetros y kilómetros de distancia que tienen que recorrer para ir a tirarla. Lo anterior, por ende, encarece el servicio y es prácticamente imposible para un municipio poder cubrirlo.
Hay dos factores primordiales en este problema: el primero es que durante años ninguna autoridad, ni estatal ni municipal, se preocupó por invertir en la construcción de rellenos sanitarios. Los últimos, que se inauguraron durante el fidelato, hoy ya presentan severas fallas como el del Tronconal, en Xalapa, o el de Pinoltepec en Emiliano Zapata. Los ex presidentes municipales no invirtieron en mantenimiento y ahora, les tronó el problema.
Segundo: por más que se nos ha insistido, la gran mayoría de las familias no separamos nuestra basura en casa, mucho menos adoptamos una cultura de generar menos residuos usando, por ejemplo, bolsas reciclables para ir al super mercado, contenedores plásticos para guardar la comida, etcétera, etcétera.
Ante tanta basura –se calcula que cada uno generamos 1 kilo diariamente-, y los problemas que enfrentan los ayuntamientos, desafortunadamente hay cada día más tiraderos clandestinos, a cielo abierto, lo que va en perjuicio de nosotros mismos.
Esta semana, presidentes municipales de Teocelo, Coatepec y Cosautlán fueron a solicitar apoyo estatal para intentar resolver el problema, pues ya no podrán seguir recolectando la basura. La gente, sin tomar conciencia, está molesta y saca sus bolsas y botes, lo cual se convierte en un círculo vicioso ante tanto calor y perros de la calle y, lo peor, es que no se le ve una pronta solución. Habrá que aplicar la creatividad y ojalá que pronto todos juntos podamos encontrar la solución. Desde casa podemos sumar.
Yamiri Rodríguez Madrid
@YamiriRodriguez