Esta semana, desde la mañanera presidencial se lanzó un agresivo mensaje contra las universidades públicas a quienes se les pidió que no cobren cuotas, para garantizar la gratuidad de la educación en todos los niveles y que, además, no existan aspirantes rechazados.
Es innegable que un alto porcentaje de las instituciones de educación superior públicas de todo el país está rezagado en instalaciones y equipo, si las comparamos con las universidades privadas. Nada tiene que ver un estudio de televisión de una estatal con lo que la UIC invierte año con año a fin de que sus alumnos practiquen con lo más moderno. El presupuesto de las públicas apenas y les alcanza para nómina y mantenimiento, por lo que pedirles esto las pone en una situación precaria.
La Federación les pone como ejemplo a las 140 Universidades Benito Juárez, pero habría que medir la calidad educativa que ofrecen, la oportunidad que le dan a sus egresados de encontrar pronto trabajo bien remunerado y que no sean depurados cuando para la misma vacante se presenta un egresado del ITESM, la UNAM, la Anáhuac, la BUAP y la Universidad Veracruzana (UV), con uno de estas instituciones de reciente creación.
Hoy, entre los múltiples problemas mayúsculos que enfrentamos en este país está el del riesgo de una generación de estudiantes que no salgan preparados al cien por ciento por el confinamiento obligado por la pandemia del Covid19. Carreras como Derecho, Contaduría, Administración, no tienen las mismas dificultades con sus prácticas como los futuros químicos, los médicos o los dentistas. Si a eso le sumamos que no haya rechazados, se estaría condenando a jóvenes a perderse en una inmensidad de profesionistas sin oportunidades de trabajo, donde el maestro ebanista gane mucho más que el flamante licenciado.
El país y Veracruz no sólo necesitan profesionistas; requieren también técnicos, especialistas en oficios cuya mano de obra sea bien pagada. Lejos de pedir, de exigirle más a las universidades privadas, se necesita apoyarlas, ayudarlas a que todas y cada una de sus áreas sean competitivas y que formen profesionistas de calidad, no en masa y para eso se necesitan recursos y abrirles las puertas desde el propio gobierno.
@YamiriRodriguez