Dos de los grandes retos que enfrentan las nuevas autoridades municipales son, en primera instancia, contar con institutos de las mujeres que verdaderamente funcionen y ayuden a frenar la violencia contra niñas, jóvenes y mujeres. Las anteriores administraciones, en su mayoría, descuidaron su funcionamiento, lo que ha propiciado que seamos el segundo lugar en feminicidios.
El otro reto es que sean ellos mismos los que pongan el ejemplo del respeto a los derechos de las mujeres. De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política contra las Mujeres en razón de Género, del INE, en Veracruz hay 32 registros contra ex funcionarios municipales de Ixhuatlán del Café, Tlapacoyan, Nautla, Altotonga, Perote, Lerdo de Tejada, Alto Lucero, Coetzala, Córdoba, Pánuco, Acayucan, Chinampa de Goroztiza, Atzalan, La Antigua, Veracruz y Cazones de Herrera; ninguno de estas nuevas administraciones, dada la brevedad que llevan en el cargo.
No pueden perder de vista que, aunque aún no llegamos a los primeros cien días de este 2022, ya hay una veintena de feminicidios en diversos puntos de la entidad, así como el cúmulo de desapariciones que semana tras semana se registran, por lo que lo que hagan o dejen de hacer las y los presidentes municipales para prevenir la violencia es de vital importancia.
Sin embargo, a punto de concluir el primer trimestre de este año, no hemos visto hasta ahora una agenda firme y seria de género por parte de los municipios, como si el tema no fuese una prioridad por atender. Y no, ni siquiera es en referencia a la necesidad de contar con estructuras locales paritarias, sino de que sus institutos municipales de las mujeres sí sean una ayuda, en coordinación con los DIF, para todas ellas que ven en esas áreas de gobierno su única salvación para salir del círculo de la violencia. Hasta hoy, tristemente, no hay ningún anuncio trascendente, ninguna acción importante, que pueda ser una luz en el camino.
@YamiriRodriguez
