¿Quién convocó al paro nacional de mujeres? ¿Quién fue la primera mujer en protestar? ¿Importa? Tarde o temprano tenía que ocurrir. Nos habíamos tardado. Se detonó con el horror del secuestro y asesinato de la niña Fátima. Es lo último que se va a tolerar.
El colectivo “Las Brujas del mar” llamaron a un paro nacional el 9 de marzo bajo el llamado: “el nueve, nadie se mueve”. Con este grito de rebelión se empieza a romper el techo de cristal. Al movimiento se han sumado madres de familia, hijas, hermanas, vecinas, estudiantes, trabajadoras, profesionistas de distintas especialidades, conductoras de programas de radio y televisión, periodistas, creadoras, científicas, comerciantes, legisladoras, servidoras públicas, más de 20 universidades públicas y privadas, medios de comunicación, redes sociales, cámaras empresariales y más. Movimiento al que se sumó y después de unas horas –el mismo día– se retractó Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente de la República, así como secretarias de estado que encontraron razones para no apoyar el movimiento del 9 de marzo: la cultura de la línea.
Las marchas y actos virulentos que precedieron el movimiento dan cuenta de una toma de conciencia plena de las mujeres cuya protesta y liderazgo no van a parar. Se está produciendo en distintos lugares del planeta. Debía haber ocurrido antes, pero finalmente estalló la lucha por la no violencia intrafamiliar, los feminicidios, el acoso, el respeto a sus derechos humanos, la recuperación de las instituciones que requieren para su salud y la protección de sus hijos.
El domingo 8 de marzo se celebrará el Día Internacional de la Mujer con una marcha y el lunes 9 habrá un paro nacional. La finalidad es que su ausencia en todo espacio sea evidente: hogares, centros de trabajo, escuelas; que se visibilice su importancia en la vida nacional, pública y privada. De acuerdo con el periódico El Economista, un día sin la participación de las mujeres en la vida económica del país puede significar más de 37 mil millones de pesos de afectación. En los hogares, el caos. En las familias, principio de reivindicación. Ahí empezó la violencia contra ellas. No es política. Es justicia.
Margarita Jiménez / La Hidra Digital
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