BULMARO PACHECO MORENO

Sonora y el 2020: Lo que hay que ver

Algunas explicaciones deberán buscar tanto los dirigentes de partidos políticos como autoridades electorales y quienes fungieron como candidatos en el proceso electoral del 2018, al registrarse que Sonora fue el estado de la República con menor participación ciudadana en la elección del 2018; apenas el 51.8 % de la población registrada en la lista electoral de ese año.

Antes de Sonora están Baja California, con un 52.6 %, y Guanajuato con el 53.2 %. En cambio, la entidad donde se dio la más alta tasa de votación (mayor cantidad de electores) fue Yucatán con un. 75.4 %. Para pensarse: ¿No emocionaron los candidatos?, ¿Les falló a los partidos su esquema de postulación de candidatos? ¿Hartazgo ciudadano?, ¿Muy mala o nula promoción del voto?, ¿desinterés por la política?

También deberán estar atentos los partidos políticos y sus dirigencias acerca de los servidores públicos de elección popular que desde ya buscan la reelección en sus cargos.

Ya hay, encuestas fiables que revelan los niveles de satisfacción/insatisfacción de los ciudadanos con quienes en esta elección tendrán el derecho a la reelección –Los diputados federales, los locales y los presidentes municipales actuales–, están ya en la primera línea de posibilidades de reelección si así lo deciden ellos, y sus partidos.

Hay representantes populares impresentables por su probada ineficacia en el desempeño de sus cargos. Hay otros que a más del año en el poder no le encuentran todavía la cuadratura al círculo.

Otros más —quizá arrepentidos de haber buscado el cargo— se desempeñan en medio del conflicto político y la polarización social en sus municipios y quisieran adelantar el tiempo para que sus períodos de gobierno ya terminen. Malos manejos financieros y administrativos, violencia imparable y desajuste político permanente han sido la marca de sus gobiernos, que los ha llevado a un notable deterioro en el manejo político de sus realidades y a un acelerado desencanto sobre ellos y el partido postulante.

No en balde en las encuestas recientes de opinión y a la pregunta sobre la intención de voto por partido, el número más alto de respuestas recae (no en Morena, ni en el PAN ni en el PRI) sino en el rango de los indecisos.

¿Por qué? Quizá por el desencanto y por la crisis de credibilidad en los partidos, aún en los nuevos que ofrecieron otras cosas y salieron con más o peor de lo mismo de lo que por años combatieron.

La novedad en las próximas elecciones sonorenses es que el PRD perdió el registro en lo local, pero lo conserva en lo nacional. El PANAL lo perdió en lo nacional, pero lo conserva en lo local, y el PES seguramente participará en la próxima elección con un nuevo nombre (Encuentro Solidario).

La lucha por el mercado electoral de los maestros estará ahora entre el PANAL y el seguro nuevo partido político “Redes Sociales Progresistas” impulsado y organizado por la maestra Elba Esther Gordillo. Todo eso moverá a las dirigencias del SNTE porque las someterá a presión, en lo que se espera será una tensa lucha por el control del sindicato a cuatro años de la renovación de su dirigencia nacional, porque ni el PANAL ni el partido RSP se explican sin la fuerza política y económica de la organización sindical de los maestros. Ahí se avizora una larga batalla.

México Libre, el partido promovido por Margarita Zavala y Felipe Calderón buscará candidatos y votantes entre la militancia tradicional del PAN y seguramente le quitará votos a ese partido lo que no deja de ser una mala noticia para el PAN y su actual liderazgo.

Como los nuevos partidos que se aprobarán a partir del mes de febrero no pueden hacer alianzas en su primera elección, buscarán por todos los medios postular candidatos a diputados federales en todos los distritos, porque será la contabilidad sobre la elección federal la que servirá para calcular el 3 % de los votos la elección nacional; requisito indispensable para conservar su registro.

Será interesante ver en el 2020 en Sonora, el trabajo partidista en busca de las 113 candidaturas por partido (en realidad son casi mil, contabilizando a regidores y síndicos) que encabezarán la competencia electoral en 2021: 72 Ayuntamientos, 21 distritos locales, siete federales, la candidatura a gobernador y 12 diputados locales de lista.

Del 2000 a la fecha el transfuguismo político ha sido el signo dominante en los partidos en el tema de las candidaturas en la entidad, por varias razones: Muchos militantes se cansaron al ver que en sus partidos no avanzaban las oportunidades de participar (el paso de panistas como Dolores del Río y Célida López a movimiento Ciudadano y a Morena, Rosario Quintero del PAN a Morena, Sergio Pablo Mariscal y Jesús Pujol Irastorza del PRI a Morena, entre otros). Otros vieron su oportunidad con el triunfo del PAN en el gobierno estatal en 2009 (la simulación de cuadros priistas y perredistas que colaboraron con el gobierno de Guillermo Padrés).  Otros más vaciaron al PRD local para fortalecer a Morena en la entidad (la mayoría de sus candidatos federales) y el PRD local se hundió.

También las escisiones experimentadas en el PAN, donde ex dirigentes estatales como David Figueroa y Gustavo de Unanue renunciaron a sus filas, y las tensiones generadas en lo local con la salida del ex presidente Felipe Calderón y su grupo compacto del PAN, el paso del ex dirigente nacional Germán Martínez a una candidatura en Morena, etcétera.

La autoridad electoral deberá estar muy alerta para que que en las candidaturas hacia el 2021 no se repitan casos como el de Bácum, donde en su afán de completar las listas de candidatos Morena jamás averiguó los antecedentes de sus postulados y que al final resultaron todo un conjunto de personajes ligados al hampa organizada. ¿Dónde quedaron las cartas de no antecedentes penales o cómo las consiguieron?

Con la postulación de representantes de un grupo político ligado a intereses poco claros en ese municipio, perdió el partido Morena, perdió la democracia y se le causaron daños irreparables en el corto plazo a un municipio tradicionalmente pacífico y dominado por la izquierda.

¿Por qué no investigaron antes? Porque tenían prisa y porque los promotores de esas candidaturas se dejaron seducir con las promesas de victorias electorales “al costo que fuera y con quien fuera”, porque se montaron en el discurso anti sistema y en la candidatura de López Obrador, entre otras razones.

En el Sonora del 2020 mucha gente se seguirá preguntando sobre el paradero de los miles de millones de pesos birlados a la hacienda pública sonorense en el sexenio panista de Guillermo Padrés, y de los cuales nada o casi nada se ha recuperado. Y sí, algunas instituciones de gobierno, educativas y de servicios de salud todavía lo resienten con gravedad.

¿Dónde quedó el dinero que se llevaron y donde andan los responsables?

¿Seguirá Sonora en una crisis crónica de sus fianzas públicas, en una gran parte gracias a ellos o finalmente se les llamará a cuentas para que devuelvan lo robado? Porque lo que no ha calculado bien la dirigencia estatal del PAN es que cuando pidan el voto en el 2021 les reclamarán todavía las trapacerías del primer exgobernador de Sonora que pisó la cárcel. Al PRI también le reclamarán…Porque los responsables del atraco andan como si nada, despreocupados, ostentando sus riquezas malhabidas y haciendo política sin un ápice de preocupación. ¿Será que ya la libraron? Preocupante.

Bulmaro Pacheco Moreno

bulmarop@gmail.com

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