CARLOS RAMOS PADILLA

Se comenta solo con la brújula

De debate a debatitis de esquina y da la impresión que ni informados ni entrados del tema. Con este asunto de la Guardia Nacional he escuchado todos los argumentos y están tan disparados del centro de la decisión que únicamente ofrecen como alternativa la confrontación y la pérdida de tiempo. Hoy por la mañana escuché incluso la idea de perfeccionar a la Guardia Nacional comparándola con grupos élite de seguridad como hay en Italia, Argentina y otros países.

Vaya disparate! Primero reconocer que la Guardia Nacional es un fracaso. Segundo, no es comparable a otras naciones porque se presentan diferentes factores: terrorismo, golpes de Estado, tiranías…Tercero, debaten acerca de la posibilidad de integrarse a la Defensa Nacional y no se ponen de acuerdo ni en las misiones, ni en los o ajero os, tareas y responsabilidades constitucionales. Vamos, las autoridades de la Guardia Nacional han incumplido, desde su origen, emitir reportes periódicos a los que están obligados. No sabemos si son soldados, paramilitares, policías de alto rango, grupo élite, guardianes callejeros o escudo anti inmigrantes. Ni ellos mismos conocen sus atribuciones en las carreteras federales.

Lo cierto es que el gobierno ya no sabe que hacer con ellos, pretendían que sustituyera al Estado Mayor, querían que enfrentaran única y directamente a los narcotraficantes, los enviaron a golpear a hondureños y salvadoreños en la frontera sur. Y por todo ello, en lugar de exigir claridad y respuestas los legisladores y partidos políticos se desgreñan por y en tonterías.

Las Fuerzas Armadas, aunque parezca contradictorio por la seria de actividades que les han impuesto, en este sexenio han sido humilladas y menospreciadas. Incluso, según ellos, hasta los helicópteros se les caen por falta de combustible como en el caso de la captura de Caro Quintero. Así con uniforme al que le deben respeto y lealtad les ordenan bajar las armas para liberar a sicarios, asesinos a, y hasta capos. Aún faltando a sus obligaciones legales y constitucionales los obligan a respetar los derechos de los secuestradores y la consecuencia es que las comunidades los reciben y despiden a ellos, los uniformados, a pedradas y mentadas.

No pueden detener a los huachicoleros pero si serán enviados a Qatar a “acompañar” a los aficionados mexicanos. En todo esto deberían de poner atención los políticos gritones no con amenazas de rupturas de alianzas ni defender a contrapelo la existencia de una Guardia carísima que ahora quieren de policía, o más grave, solo de protección al Ejecutivo.

*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio

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