CARLOS RAVELO

En las Nubes / Ser crítico con la verdad

Tras la movilización ayer del Frente Nacional Anti-AMLO (Frena), que amplió su plantón en el Zócalo capitalino, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a sus opositores que “no coman ansias”, esperen las elecciones del próximo año y que se someta a la revocación de mandato en el primer trimestre de 2022 para resolver sus diferencias por la vía democrática.

“En tanto nos apoye el pueblo, vamos a seguir con el gobierno del país”.

Respuesta justa a los pocos que no lo quieren.

Tiene toda la razón el historiador Lorenzo Meyer cuando advierte, en una entrevista y da a conocer en la primera plana El Universal, que hasta antes del primero de diciembre de 2018 México vivía en un ambiente de censura.

Pero que hoy la libertad de expresión está garantizada.

No obstante, critica que en los medios de comunicación hay una pluralidad sesgada que se enfoca en los tropiezos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y no en los avances.

Hay que tener una prensa plural. La prensa tiene que ser libre. Sin libertad de prensa no hay democracia. Pero este medio de pluralismo es bastante ambiguo.

Puede haber uno por aquí y uno por acá, la pluralidad puede estar sesgada.

Rechaza el también profesor del Colegio de México que el Mandatario haya puesto en riesgo la libertad de expresión a través de sus señalamientos contra la prensa y personas que lo critican.

De hecho, asegura don Lorenzo Meyer que la libertad de expresión es un pilar de la Cuarta Transformación, y si en algún momento el presidente limita ese derecho y hubiera censura, “tocaría de muerte” a su proyecto político”.

Nosotros, que coincidimos con el filósofo Meyer, ofrecemos una humilde opinión.

Criticar de ninguna manera puede ser acusar, calumniar, hacer malos a todos. Es decir, destruir.

Un buen examinador, en cambio, es aquel que juzga, porque quiere ayudar a mejorar. Critica para empujar hacia arriba. Y comparte resultados.

El prevaricador es todo lo contrario. Goza al subrayar los aspectos negativos. Le disgusta el mundo que lo rodea y que tiene, por desgracia adentro.

Nos atreveríamos a calificar así a quienes abren la mano para no decir. O para mal calificar.

Hay muchos. Los leemos, desgraciadamente todos los días.

No se debe difundir lo que no se ha comprobado. Rumores. Sospechas. O nos lo dijeron fuentes creíbles, como sucede con frecuencia.

No dejemos de decir la verdad. Ni vendamos el silencio.

Así de simple.

craveloygalindo@gmail.com

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