ISRAEL MENDOZA PEREZ

Los retos en Morena

Con el objetivo primordial de suturar al partido en el poder, el dirigente interino del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Alfonso Ramírez Cuéllar, comenzó a buscar a los legisladores para darle carpetazo a la era Yeidckol Polevnsky.

La ideología no se podrá recomponer ni se transitará hacia un proyecto de izquierda, pero Ramírez Cuéllar mantendrá por lo menos el objetivo de tener un movimiento social activo para darle viabilidad al relevo en la dirigencia y recomponer su relación con la militancia rumbo a 2021 y evitar que se comiencen a dar tránsfugas.

Aunque ese es el punto fundamental ya que los liderazgos están en los puestos clave y lo que se requiere es que la base se vuelva a sentir identificada con un partido que trabaja en función de una figura caudillezca. De otra manera el partido-movimiento no funciona.

Aun así, Ramírez Cuéllar tiene enfrente el reto de cimentar a un partido con una “sana distancia” de la presidencia o con el paso de las semanas convertirse en el partido en el poder al que una facción de la cúpula morenista aspira por la comodidad que da esta circunstancia. Seguir con el proyecto de relevar a la dirigencia bajo el método de encuesta es darle gusto a una propuesta que les ha traído más divisionismo que unión.

Recientemente, Bertha Luján, criticó que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenara al partido renovar su dirigencia por tres años a través de una encuesta abierta a la población. En tanto, Alejandro Rojas Díaz Durán afirma que más del 90% de los lopezobradoristas están de acuerdo con el Presidente de la República para que se elija a través de encuestas y que sean tres. Ahí todavía hay hilos sueltos por los intereses alrededor de la dirigencia y pueden volver a convertirse en un factor de choque interno heredado al fundador del Barzón.

Aunque en buena medida buscar el relevo de Polevnsky era para evitar arbitrariedades y que el relevo se llevara a cabo sin encuesta, pero ahora se justifica regresar a la propuesta inicial.

Los morenistas están deseosos de tener un partido funcional, pero Yeidckol Polevnsky se encargó de dividir y polarizar a los militantes. De esta manera, la agenda de Morena no era la de los legisladores. Las decisiones de la cúpula del partido no reflejaron a los militantes de a pie. Y apenas admiten que a nadie conviene un desencuentro entre los legisladores y el partido.

Ahora, el reto de Ramírez Cuéllar es sanar las heridas, retomar el proyecto de afiliación, dar piso parejo a los aspirantes a cargos de elección popular. Eso en unos cuantos meses que durará su interinato.

Y uno de los puntos más importantes es validar y transparentar el uso de encuestas ya que así fue la manera en que perdió el senador Ricardo Monreal la candidatura a Jefe de Gobierno de la ciudad. Así como evitar que la tentación de utilizar la estructura del gobierno sea el piso para entrar a una contienda electoral y hacer uso de los recursos para programas sociales. Todo antes de que en el partido regrese la descomposición y los desacuerdos.

Israel Mendoza Pérez / Dobleces

@imendozape

Artículos relacionados

Deja un comentario