ISRAEL MENDOZA PEREZ

Una Piedra en el camino

De manera acelerada, la CNDH en manos de Rosario Piedra comienza a distorsionar sus objetivos y responde a los intereses de dos agendas solamente. La del grupo al que pertenece y maneja como su botín político y a la dictada desde Palacio Nacional. Los feminicidios, el desabasto de medicamento y los migrantes solo se ganan la categoría de “condenas”.

La defensora del pueblo perdió rápido el manejo de la CNDH. Encontró una institución gigantesca y prefirió achicarla en sus operaciones y en su administración para usarla como una simple oficina para atender los asuntos de su interés político.

Sus acciones al interior de la CNDH han sido mal planeadas y los problemas con el personal se vuelven cotidianos. La “austeridad” al interior de organismo, la confunde con “mano dura”. Los empleados administrativos se encuentran en una situación de acoso laboral. Incluso se les investiga sus antecedentes si tuvieron nexos con otros exombudsman para iniciar una feroz cacería contra el pasado. Los trabajadores de la institución señalan que tienen tres meses bajo un clima de acoso y terrorismo laboral que se encuentra en manos de los nuevos titulares.

El ambiente es hostil en las oficinas y en los espacios comunes de la CNDH. En el proyecto de Piedra Ibarra hay indefinición y se comenzó a generar un vacío institucional que daña la labor de la protección de los derechos humanos. Por ello sus posicionamientos en los temas clave es ambigua, débiles y sin carácter.

En un análisis del exombudsman, José Luis Soberanes, ante la prensa señaló que con el cambio de gobierno era una oportunidad para dar un mayor impulso a este organismo autónomo. Sin embargo, la respuesta fue contraria, por lo que se está volviendo una institución inoperante e intrascendente. Además de ser una magistratura sustentada en la autoridad moral, pero está se ha perdido, por lo tanto, es una comisión inservible, ya no tiene esos fines.

Un ejemplo más claro de las contrariedades de Piedra Ibarra. Tras su controvertida elección en el Senado de la República, días después tuvo una reunión con Michael Chamberlin activista y aspirante a la presidencia de la CNDH. Él le pidió que renunciara para evitar que a ella la denostarán. La respuesta fue que lo valoraría. Pero ella no se quedaría con las palabras de su rival. El viernes 21 cobró venganza. Lanzó un comunicado de prensa para exhibir el extrañamiento a Michael Chamberlin, ante el hecho de que a partir del 19 de enero se incorporó al servicio público como Director General de Vinculación de la CEAV, y la CNDH no ha recibido ninguna comunicación al respecto ni fue informado al resto de los Consejeros y Consejeras en la reciente sesión del Consejo Consultivo.

Pero Ibarra Piedra está en un laberinto jurídico que le puede costar el cargo el Vigésimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la Ciudad de México solicitó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación atraer la impugnación que los senadores del PAN hicieron por vicios en el procedimiento de designación de la titular de la CNDH, y confirmó la constitucionalidad de la queja.

Así que si en pocos días ella acusa de un tremendo complot por parte de los conservadores en su contra ya se sabrá quién le dio el script para su armar una defensa mediática. Veremos.

Israel Mendoza Pérez / Dobleces

@imendozape

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