La crisis ambiental que vive la Ciudad de México está sirviendo como maligna y poderosa munición para atacar al gobierno de López Obrador. La derecha más desprestigiada, agresiva, amarilla y corrupta, bien representada por el gordillista Gabriel Quadri, imputa esa crisis ambiental a la política de austeridad del gobierno federal.
Quadri dice que por recortes financieros no se ha contado con los recursos necesarios para pagar al personal que se venía dedicando a prevenir y combatir los incendios forestales, causa principal de la crisis ambiental presente.
Por supuesto, el gordillista no aporta pruebas de su dicho. Solamente enuncia una hipótesis. Pero hay otras hipótesis circulando. Una de éstas sostiene que los incendios forestales pudieron ser provocados intencionalmente, a sabiendas de que habrían de crear una situación ambiental más o menos catastrófica.
¿Falta de recursos o un criminal sabotaje político? ¿Decenas de incendios, mayoritariamente rurales que se dan simultáneamente sólo dentro de los límites de la Ciudad de México? Muchas casualidades para una situación estadísticamente muy improbable por no decir imposible. Ya se sabrá porque, finalmente, todo llega a saberse.
En cualquier caso, y como ocurrió con el artificial y provocado desabasto de gasolinas, muy pronto la crisis será superada. Pero si llega a comprobarse que las decenas de incendios forestales simultáneos fueron provocados deliberadamente con fines políticos, el asunto tendrá dos obvias consecuencias.
Una es que la derecha más radical habrá mostrado hasta dónde es capaz de llegar en su afán de destruir a un gobierno popular tan contrario a sus intereses. Y dos: que el gobierno de López Obrador habrá quedado muy consciente de que en lo futuro se darán más actos criminales tendientes a desestabilizar a su gobierno. Consecuentemente, el gobierno federal deberá estar muy atento para descubrir y desactivar oportunamente nuevos esfuerzos desestabilizadores.
Por lo pronto el asunto servirá para que la derecha menos incivil se deslinde pública y categóricamente de la derecha golpista bien representada por el panismo y el priismo y por personajes como Gabriel Quadri, Felipe Calderón y Vicente Fox.
Porque el golpismo lleva aparejadas consecuencias lesivas no sólo para el adversario político, sino también y fundamentalmente, como en este caso de la crisis ambiental, a toda la sociedad, independientemente de las preferencias de cada quien.
Miguel Ángel Ferrer / Economía y política
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