SALUD

Llama ISSSTE a no estigmatizar los problemas de salud mental materna

Los padecimientos que merman la salud mental suelen ser estigmatizados, situación que se agrava en el caso de las mujeres embarazadas, mujeres en periodo perinatal o posparto.

Las madres con malestar psíquico y trastorno mental suelen sentirse culpables y avergonzadas por manifestar emociones como tristeza o depresión, cuando lo que se espera de ellas es justamente lo opuesto, felicidad por la gestación o dar a luz; esta es una de las principales causas por las que hay resistencia en buscar ayuda profesional para la salud mental materna, por ello, el Director Normativo de Salud del ISSSTE, Dr. Ramiro López Elizalde, instó a las derechohabientes que necesiten apoyo de esta índole a acercarse con los profesionales del Programa Integral de Salud Mental del Instituto.

La salud mental materna se refiere a un estado de bienestar psicológico durante el embarazo y posterior al parto; sin embargo un porcentaje de mujeres en estas circuntancias pueden desarrollar complicaciones que vulneren su salud mental o bien cursar con estresores biopsicosociales que pongan en riesgo su equilibrio psiquico. La incidencia mundial de la depresión posparto es del 15%, padecimiento que se refiere a un trastorno depresivo durante el periodo perinatal, enfatizó, López Elizalde.

En entrevista, la Dra. Lucía Ledesma Torres, Jefa Nacional de Salud Mental del ISSSTE, comentó que esta problemática puede presentarse de manera asociada a problemas que experimentan las mujeres frente a los numerosos cambios vitales del embarazo y el posparto. En esta etapa la mujer también tiene la tarea psicológica de “convertirse en madre”, sobre todo durante su primer embarazo, aunque muchos de estos cambios emocionales se observan también en los embarazos subsecuentes.

Ledesma Torres explicó que la depresión prenatal interfiere con la disposición de la madre a cuidar su salud, no busca atención prenatal a tiempo y es más propensa a conductas de riesgo, como tomar medicamentos sin prescripción médica, abusar del alcohol, tabaco y otras drogas. E incide en un mayor riesgo de parto prematuro y en que la persona recién nacida tenga bajo peso y sufra retraso en su desarrollo.

Mientras que la depresión posparto suele comenzar entre la tercera y cuarta semana de posparto, entre los principales síntomas se encuentra el escaso interés maternal, cansancio continuo y extremo, disminución de la atención al recien nacido, sentimiento de culpabilidad, alteraciones del sueño y apetito. Referente a la psicosis posparto, esta puede desencadenarse en caso de que no se atienda de manera temprana y oportuna la depresión posparto, acarreando consecuencias graves como alucinaciones, pensamiento suicida, entre otros síntomas.

Es importante que se preste atención a síntomas como:
• Tristeza
• Miedo
• Ansiedad
• Insomnio o hipersomnia (exceso de sueño)
• Sentimiento de incompetencia
• Baja energía
• Falta de confianza que afectan la toma de decisiones
• Fantasías angustiantes sobre la maternidad

La también neuropsicóloga Ledesma Torres, alentó a enfocar esfuerzos en factores protectores que pueden disminuir el riesgo de padecer problemas de salud mental materna. Por ejemplo, una buena gestión emocional, especialmente si existen antecedentes de depresión, contar con redes de apoyo, conocer las capacidades y habilidades de afrontamiento a los cambios que presentan por el embarazo; así como estar informada por profesionales de la salud que puedan aclarar las dudas que se presenten; y muy importante, que dentro de la atención del embarazo se lleve atención preventiva en salud mental, actividades de autocuidado, de alimentación y actividad física, orientación y consejería psicológica, lo cual contribuye a un estado de bienestar emocional durante el embarazo y la etapa de posparto.

Finalmente, la especialista recalcó, que el ISSSTE cuenta con un Programa Integral de Salud Mental para los tres niveles de atención, así como equipos de salud mental en todo el país, por lo que se sugiere buscar la atención a fin de mantener, mejorar y/o restablecer la salud mental materna. Recordando siempre que no hay salud sin salud mental.

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