Parece que desde Palacio Nacional se tiró línea indirectamente —aunque se niegue— ya que se trazó el perfil del ombudsman ideal para la Cuarta Transformación
Madruguete en el Senado. Hasta hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantuvo una “sana distancia” en el tema del relevo en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la discusión y amarres se encontraban en la cancha de Ricardo Monreal, de Morena y de Kenia López Rabadán por parte del PAN y como presidenta de la comisión de Derechos Humanos en el Senado. Sin embargo, al meter la discusión en la mañanera del martes 5 se activó el radar de la bancada oficial y la discusión prevista en el senado se aplazó.
Parece que desde Palacio Nacional se tiró línea indirectamente —aunque se niegue— ya que se trazó el perfil del ombudsman ideal para la Cuarta Transformación. Según el Presidente el nuevo defensor debe ser un profesional de los derechos humanos, “yo prefiero más la gente que ha padecido, que ha sufrido en carne propia de violaciones de derechos humanos, entregarles a ellos la encomienda, porque los que han estado ahí, con todo respeto, que vienen de los institutos jurídicos y currículums, maestrías, seminarios…”.
Su opinión fue tomada como argumento y de inmediato se trabajó para que se destrabara la discusión que se quedó empantanada. Ya que desde el pasado miércoles 30, en el interior del legislativo dejó un ambiente de polarización ya que María del Rosario Piedra obtuvo 67 votos, José de Jesús Orozco Henríquez tres, Arturo Peimbert 48 y una abstención, de un total de 119 votos. Con esto se tensó la decisión y se dejó de lado el interés de los ciudadanos y se ponderó la lucha partidista.
Ahora, de nueva cuenta se tiene una lucha de poderes al interior de la Cámara Alta. Un cúmulo de intereses por parte de la bancada de Morena ya que saben que tienen frente a ellos la oportunidad de tener en su terreno a alguien afín a la Cuarta Transformación y con ello cerrar la pinza del monopolio del poder.
Fueron los senadores morenistas, Eduardo Ramírez y Martha Lucía Micher quienes defendieron la propuesta de diferir la discusión ya que buscaron a lo largo del día los acuerdos suficientes para que alguno de los integrantes de la terna logre la mayoría calificada que se requiere.
Aunque en términos técnicos y de materia legislativa se violentó la ley que marca el procedimiento para esta elección. Los senadores votarían ayer, por tercera vez, la terna de aspirantes a presidir la CNDH y de no alcanzar la mayoría calificada, como marca la norma, se regresaba la terna a comisiones para que se sustituyera por una nueva que bien podía repetir alguno de los existentes o ninguno. Sin embargo, la decisión se dicutirá mañana más por capricho que por razones. Pero la bancada morenista ya violentó el proceso.
Y es que a final de cuentas lo que requiere la CNDH en la actualidad es de un perfil con experiencia y capacidad de diálogo e interlocución con todos los sectores sociales. No afín a un proyecto político. El caso de María del Rosario Piedra es la apuesta al quebranto de la autonomía de este organismo. Y aún así se prolonga y polariza el debate.
Israel Mendoza Pérez / Dobleces
@imendozape