ISRAEL MENDOZA PEREZ

Rosario ni los ve, ni los oye

Cegada por el poder y la obediencia a la cúpula de su partido político, que raya en la subordinación, Rosario Piedra Ibarra, con una frase del pasado neoliberal, ni ve ni escucha a sus opositores aunque estos provengan del mismo movimiento político.

El fatídico 12 de noviembre, el senador Armando Guadiana Tijerina, de Morena, exhortó a Piedra Ibarra a no aceptar el cargo si ella consideraba que carecía de legitimidad su votación. Pero ella no lo escuchó.

Su elección se dio enmedio de un zafarrancho, de empujones de una acusación de fraude por parte de la oposición. Indigno para un defensor de los derechos humanos en el país. Parece que no lo vio.

Los panistas en voz de Kenia López Rabadán argumentan: “la señora mintió en sus documentos al decir que no formaba parte de Morena, cuando en realidad se saltó en su curriculum una parte de su vida, pues “sí fue consejera nacional de Morena a nivel nacional y en Nuevo León”. Pero la nueva ombusdman, no la ve.

La ONU-DH señaló que el proceso de elección en el Senado, de Rosario Piedra como nueva presidenta de la CNDH, estuvo marcado por polarización, dudas y cuestionamientos. Además de que recordó que uno de los compromisos establecidos para desempeñar este cargo es la independencia. Pero Morena y su ombudsman tampoco oyen al organismo internacional.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos, en manos de Rosario Piedra Ibarra, se encamina a convertirse en un organismo adaptado a los intereses y gustos políticos de Morena. La presidenta del organismo —reconoce la oposición a su llegada— ya presentó su decálogo de austeridad republicana. Y no escuha a nadie que no sea del grupo de poder de Morena.

Ya instalada como presidenta de la CNDH afirma que cumplió con los requisitos que la ley exgía. “Respeto a quienes disienten de mi nombramiento y espero la resolución de sus recursos”. Es su reto a sus adversarios, pues a final de cuentas su permanencia en el cargo ya es decisión de ella.

Si existía duda de su falta de proyecto propio sólo con ver sus propuestas de austeridad vuelven a marcar esa necesidad de incluir a la CNDH como extensión administrativa de la Cuarta Transformación, vía medidas austeras y de recortes de personal.

Promete al menos un ahorro del 30 por ciento y apego a la ley federal de remuneraciones de los servidores públicos, eliminar burocratismos y el personal de confianza está a revisión. Cualquier semejanza con las medidas del Gobierno Federal es mera obediencia.

Se eliminan los gastos de la presidencia en comidas, eventos y viajes, “gastos de representaión” y cualquier tipo de bono, “apoyo” o “estímulo” y otras canonjias dentro de la Comisión.

La copia y subordinación ante el gobierno de la 4T es exagerada ya que al final de su documento lo sella con la frase: “Queremos justicia, primero las víctimas”, algo así parecido a aquella frase que acuñada hace 19 años por Andrés Manuel López Obrador a su llegada a la Jefatura de Gobierno: “Por el bien de todos, primero los pobres”.

Israel Mendoza Pérez / #Dobleces

@imendozape

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