JOSÉ LUIS CAMACHO ACEVEDO

Morena y Alito: ni ideólogos ni líderes, son delincuentes políticos

José Luis Camacho Acevedo.

Alejandro Moreno Cárdenas y su maestro, Rubén Moreira Valdés, en cada una de sus intervenciones públicas, le corroboran a su militancia a la que no son ni ideólogos y menos líderes sociales.

Ambos politicastros han roto de facto la Alianza va Por México. Marko Cortés del PAN y Jesús Zambrano del PRD, declararon una “suspensión temporal de la Alianza Va Por México”.

¿Cuál será la ganancia que recibieron Alito y Moreira por desbaratar la Alianza va por México al apoyar el proyecto presidencial de mantener en las calles al ejército por cuatro años más?

Los discursos de Alito y de Moreira son piezas maestras de la demagogia más burda en la historia política de México.

Algo que era muy difícil de lograr tras escuchar la sociedad mexicana más de siete décadas a los demagogos más eficaces del país.

Alito grita en cada uno de sus discursos que “nadie lo quitará de la presidencia nacional del PRI”.

Rubén Moreira, que gobernó 12 años Coahuila, ya que mientras su hermano Humberto se dedicaba a cumplir las demandas de su madrina Elba Esther Gordillo o estaba bailando en eventos partidistas, él era quien tomaba las decisiones políticas y económicas de la entidad y después, ya como gobernador, siguió haciendo lo mismo, administra a su favor los despropósitos que comete. Un día sí y otro también, el ex gobernador de Campeche.

Alito y Moreira son, probadamente, inmensamente ricos.

Pero como dicen los prestigiados consultores políticos, Jaime Durán Barba y Santiago Nieto, autores del tratado ·EL Arte de Ganar, “La política es una enfermedad incurable que solo termina con la muerte, y todo líder debe saber que, gane o pierda, lo más probable es que seguirá en este oficio hasta el fin de sus días.”

Alito y Moreira tienen esa enfermedad, pero ya en un nivel de esquizofrenia y descontrol de su mente.

Ambos está liquidados literalmente.

Fue la mala leche de Layda Sansores la que acabó, haciendo uso de sus reconocidas malas artes políticas, pero con una gran eficacia, en su programa Martes del Jaguar, hizo polvo la personalidad política y personal de Alejandro Moreno Cárdenas. Ahora Layda anuncia que ya no atacará a Moreno Cárdenas. Y con ello crece la versión de que Moreira y Alito pactaron con la 4T para impedir que se continuara con el proceso de desafuero de Moreno Cárdenas.

Terminó las notas presentes recuperando el último artículo del gran analista coahuilense Federico Berrueto:

“No es el PRI, es su dirigente real, Rubén Moreira, quien ha traicionado al bloque opositor…. La deserción del bloque opositor y su moratoria constitucional se explica en el intercambio de favores: voto legislativo a cambio de impunidad. Simple y llanamente.”

¿algo más para considerar traidores y polizontes del PRI a Alejandro Moreno y a Rubén Moreira.

 

EN TIEMPO REAL.

 

1.- Una baja más en la gerontocracia de la 4T. Jorge Arganis de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por motivos de salud. Queda como encargado del despacho el subsecretario del ramo Jorge Nuño.

 

2.- Ponderada y llena de oficio, la llamada a la reconsideración y a evitar apresuramientos que favorezcan a la 4T del líder nacional del PRD, Jesús Zambrano, quien dijo que romper con el PRI definitivamente era entregarle a MORENA el Estado de México el próximo año y la presidencia en el 2024.

 

3.- Ahora resulta que Jesús Ramírez Cuevas, además de mandar a sus porros consentidos a denostar en un plantel de la UNAM a Lorenzo Córdova, es también señalado de plagiario.   El influyente portal Bajo Palabra apunta sobre un posible plagio de Ramírez Cuevas: Guillermo Sheridan, amigo cercano de Octavio Paz, se ha convertido en un cazador de plagiarios. Hace unos meses comprobó que el actual fiscal Alejandro Gertz Manero había plagiado a otros autores al publicar la biografía de Guillermo Prieto. La nueva presa de Guillermo Sheridan es el coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas. Al final el cazador de plagiarios determina: «En suma: no hay una línea de Ramírez Cuevas que no tenga antes los escritos de otros.  ¡Sopas!

 

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