Al participar, la semana pasada, en la Reinstalación del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, encabezada por el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, el presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, aseguró que, en coordinación con el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, a partir de este año se estarán dando resultados tangibles en materia de desaparecidos. Ojalá y sea cierto.
Como ahí se planteó, a nivel nacional hay una crisis forense al no identificarse más de 26 mil cuerpos y cientos de restos humanos, así como una estadística de 40 mil desaparecidos. Veracruz, una vez más, es uno de los estados que sobresale en la materia, dado el número de fosas clandestinas que hay a lo largo y ancho de nuestro territorio. Por ende, es también la entidad que concentra el mayor número de colectivos de familiares que buscan a los suyos, en muchos casos, sin apoyo alguno, durante años.
Muchos han perdido su trabajo por los constantes permisos solicitados para atender las diligencias judiciales, otros se ayudan vendiendo cosas usadas que alguien les dona para poder seguir en su meta; se han dado casos en donde llegan con el carrito de paletas al forense y, entre los propios empleados se cooperan para comprarles parte de la mercancía y puedan darse el tiempo de buscar en la morgue los restos de sus muchachos.
En Río Blanco, en la zona centro de la entidad, se mantiene la búsqueda en el predio del cerro de Los Arenales. Los presidentes municipales de Río Blanco y Orizaba han llevado alimento a las familias, pero son contados con los dedos de la mano los alcaldes que muestran un poco de empatía. Con palos y palas buscan entre la tierra, entre los árboles, algún indicio de los suyos. Las autoridades les han facilitado binomios caninos pero todo recurso es finito. Tienen miedo porque en todas las regiones donde hay fosas, hay también un control de la delincuencia; un control que, desde el punto de vista de los colectivos, es más amplio y fuerte que el de las propias autoridades, por lo que urgen les ayuden acordonando las zonas de búsqueda, que los acompañen elementos. Desafortunadamente, prácticamente todo el estado es una fosa.
Por eso lo dicho por el diputado Gómez Cazarín les puede significar a cientos de familias una mínima esperanza. El gran desafío es cumplir, cuanto antes, porque los familiares ya no deben ni pueden esperar más.
Yamiri Rodríguez Madrid
@YamiriRodriguez