* El Presidente quería que la presea se le otorgara a Hugo López-Gatell
* Empezó la pasarela de presidenciables priistas; todos le apuestan a ir en alianza
* Luis Cresencio tiene mucho que explicar, pero AMLO se va contra “Proceso”
OTRA VEZ NO ACUDIÓ. – Desde que asumió el cargo de Presidente de la República, el 1º de diciembre de 2018, Andrés López Obrador se olvidó por completo de una de sus principales promesas de campaña: Ser factor de unión entre todos los mexicanos. Desde su lujosa residencia, el Palacio Nacional, el Primer Mandatario se ha dedicado todos los días, de lunes a domingo, a construir una retórica incendiaria con la que deja en claro que el objetivo primoridal de su discurso es atizarle al divisionismo y al encono entre todos los ciudadanos de este país. Y esto viene a colación por la más reciente entrega de la Medalla “Belisario Domínguez” que este martes se entregó en la sede de la Cámara Alta al personal médico que desde febrero del año antepasado y hasta la fecha ha enfrentado la pandemia del COVID. Cabe mencionar que esta presea, la cual es considerada como la máxima condecoración que el Senado de México le puede otorgar a los mexicanos más eminentes, se le concedió al personal de salud desde el 2020, pero la ceremonia de premiación no se puedo realizar de forma presencial por los protocolos sanitarios impuestos por nuestras autoridades. *** Sin embargo, esta merecidísima condecoración a nuestros héroes de batas blancas (muchos de los cuales incluso fallecieron durante el cumplimiento de su deber) no le agradó del todo al Presidente López Obrador, porque su deseo era que la medalla “Belisario Domínguez” se le entregara a su irresponsable e inescrupuloso subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud de la Secretaría de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, simplemente decidió no asistir al acto protocolario por segundo año consecutivo. No hay que olvidar que el año pasado no acudió a la ceremonia de entrega porque le dio frío encontrarse con la senadora panista Lilly Téllez, quie supuestamente lo iba a increpar y en su representación prefirió enviar a Olga Sánchez Cordero, quien en ese entonces fungía como titular de la Secretaría de Gobernación. Está claro que el Presidente sólo asistirá a la entrega de esta presea siempre y cuando la galardonada o el galardonado sean de su agrado, como cuando en el 2019 se le concedió postmortem a Rosario Ibarra de Piedra y en su lugar acudió a recogerla su hija Rosario Piedra Ibarra, quien cobra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
CON MIRAS AL 2024.- Ayer lunes en el auditorio “Plutarco Elías Calles” de la sede nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) arrancaron los llamados “Diálogos por México”, evento que sirvió de marco para que el tricolor presentara a cuatro de sus barajas, que no corcholatas, presidenciables: La senadora tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel; el todavía gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, el ex secretario de Economía y actual catedrático Ildefonso Guajardo Villarreal y el ex secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Angel Gurría Treviño. Los cuatro coincidieron en señalar que se debe retomar la alianza “Va por México” con el PAN y el PRD; sin embargo, en sus argumentaciones y cada uno a su manera sugirió que el tricolor debe reconstruirse porque los tiempos y las circunstancias ya cambiaron y, por ende, la democracia también. De los cuatro presidenciables priistas sin lugar a dudas el más contundente y claridoso fue el tamaulipeco Gurría Treviño, quien con sus más de tres décadas de experiencia en el servicio público destacó que años atrás él mismo urgió a su partido, el PRI, a abrirse a las alianzas y que bajo la actual coyuntura todo indica que ese es el único camino que se puede transitar si lo que verdaderamente se busca es prevalecer y ganar
MATAR AL MENSAJERO.- Vaya entripado que hizo ayer el Presidente López Obrador en su conferencia mañanera cuando la reportera Dalila Escobar, del semanario y la agencia “Proceso”, le cuestionó sobre la información que se desprende de los documentos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), los ya famosos #GuacamayaLeaks, y que sustenta que cuando el hoy titular de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), Adán Augusto López Hernández, fue gobernador de Tabasco, entregó la Secretaría de Seguridad y la Policía Estatal a tres hombres vinculados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). De botepronto, López Obrador salió en defensa de don Adán Augusto asegurando que es un hombre honesto y que esa información es parte de los ataques de la prensa conservadora hacia su régimen. O sea, ¿cómo es que la información publicada por “Proceso” es un ataque de la prensa conservadora a la administración obradorista y a su secretario de Gobernación cuando lo único que hizo este medio fue retomar un informe que obraba en poder de la SEDENA y que un grupo de activistas cibernéticos tomaron y lo subieron al Internet? Por este tipo de cosas es que urge la comparecencia del general Luis Cresencio Sandoval González en la Cámara de Diputados, pero éste se sigue ocultando tras las enaguas presidenciales.
SUEÑO GUAJIRO. – En lugar de ocuparse del tremendo lío migratorio que involucra a México, Estados Unidos y Venezuela, el canciller Marcelo Ebrard Casaubón sigue alucinando con el asunto de que nuestro país vuelva a ser sede de unos Juegos Olímpicos. ¿Y si mejor le meten una buena auditoría a Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Naciona de Cultura Física y Deporte (CONADE), pues sigue despachándose con la cuchara grande?
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