Cada vez es más común ver a ex gobernadores utilizando recursos legales para evitar ir a la cárcel acusados por sus sucesores, principalmente aquellos que no pudieron dejar «delfín» o de plano, traicionaron al candidato o candidata de su propio partido, por lo que es natural que, quienes llegan al cargo quieran ajustar cuentas, en especial cuando hay un desaseo financiero, enriquecimiento ilícito, daño patrimonial, peculado, ejercicio indebido del servicio público y hasta nexos con el crimen organizado, de ahí que no la puedan librar tan fácil y deban enfrentar la acción de la justicia, pues de plano, no les tocó la inmunidad diplomática que les ofreció Palacio Nacional, primero por que no se alinearon a dichos preceptos o por que de plano, no se les dieron los resultados.
Este justamente pudiera ser el caso del ex gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, el cual tuvo que pagar una multa, seguramente millonaria, para seguir su proceso en libertad, sin embargo, su sucesora Tere Jiménez, no quita el dedo del renglón y quiere regresarle la cortesía de la ocasión en que siendo alcaldesa, el entonces mandatario, la acusó de desvío de recursos, una afrenta que seguramente no le perdona, más allá de que el gobernador saliente hizo hasta lo imposible por meterle el pie en su carrera hacia la gubernatura, lo que queda claro, no consiguió, pues esa era una de las entidades más cantadas a favor de la coalición que conformaron el PAN, el PRI y el PRD, no por nada, triunfó de manera tan apabullante en las urnas.
Se sabe que el citado tiene que ir a firmar cada 15 días a un juzgado para seguir su proceso en libertad, sin embargo, sí está sujeto a un proceso penal, pues no es un tema menor que Tere Jiménez, lo esté acusando de distintos delitos a sólo unos días de haber asumido el cargo, tales como peculado y daño patrimonial, más lo que se le acumule, pues aún le siguen revisando los cajones para ver que dejó y que se llevó, por lo que de seguir encontrando irregularidades, ni duda cabe que su sucesora las seguirá haciendo públicas, legitimando así la campaña de persecución hacia quien se la tenía jurada y hoy, tiene que asumir las consecuencias de esa guerra intestina, maxime si tiene tanta cola que le pisen, y pensar que fue en su momento, uno de los gobernadores de mayor aceptación en el país.
Lo anterior deja en claro que escenarios así, podrían replicarse en alguno de los seis estados que renovaron gubernaturas el pasado 5 de junio, pues salvo algunas excepciones de quienes obtuvieron inmunidad diplomática de «Ya Sabes Quien», hay otros que están en el desamparo y absolutamente desprestigiados ante la sociedad que alguna vez gobernaron, misma que demanda rendición de cuentas o si no, un castigo ejemplar ante los abusos cometidos, exigencia que no aminorará, sino todo lo contrario, seguirá creciendo hasta que regresen todo lo que se llevaron o de plano, sigan el mismo camino de Martín Orozco en Aguascalientes, pues son los tiempos en donde todo puede pasar, aún y cuando hay quienes piensan que ya la libraron.
No vaya a ser el diablo…