Hija del nepotismo ilustrado, ferviente admiradora de Carlos Salinas de Gortari, quien la hizo diputada cuando –dicho por ella- era sólo una desempleada, Layda Sansores no quiere o no puede “negar la cruz de su parroquia”.
“Ave de las tempestades” Layda Sansores Sanromán no sale de un escándalo, cuando ya está metida en otro; como Senadora, son fuertes los señalamientos de cientos de miles de pesos desviados del presupuesto público, para su ajuar de casa, carísimo guardarropa y maquillajes de pura marca fifí para su “arreglo personal”.
En la Alcaldía Álvaro Obregón, las cuentas están pendientes, no sólo por obras faraónicas apartadas de la realidad y que hoy mismo son además de inservibles, un estorbo para los peatones de la jurisdicción; cuentas pendientes que sus parientes adquirieron con empresas fantasma y un elevador inclinado que hoy falla y mañana también.
El principal adversario del presidente Andrés Manuel López Obrador, es o fue Carlos Salinas de Gortari, y, ahora que Layda anda en aquello de los “martes del jaguar”, tirando lodo sin ton ni son, no falta quien ha subido ya a las redes sociales, videos en los que la gober jura amor eterno a quien le dio la chamba de diputada, cuando llegaron con el expresidente y le dijeron “Laydita no tiene trabajo”.
No son cosas del pasado, la entidad de la que es gobernadora, Campeche, enfrenta altos índices de pobreza, de inseguridad, de marginación y Layda lo único que pareciera saber hacer, es preparar eventos oficiales que bien pueden ser la envidia de los mejores centros de recreo con teiboleras y toda la cosa, o con muy malos actores de doblaje, como si el “modelo” de comunicación Liz Vilchis se replicara en los estados.
Los periódicos de Campeche dan cuenta de que Layda, comete severos desmanes, irregularidades y nepotismo en su Gobierno, y que acabará con Campeche como una de las entidades más seguras y tranquilas del país, como lo consideró también el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, de los pocos priistas serios con trabajo en la península mexicana.
El Nepotismo Ilustrado en las instituciones de seguridad del gobierno de Layda está a todo lo que da, y como muestra, la Secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz Martínez, quien nombró a su hija Samantha Bravo Muñoz, como Directora de Seguridad Pública en Ciudad del Carmen, mientras que, a su otro vástago, Arturo Bravo Muñoz, le designó funciones de Vicefiscal en la Fiscalía General del Estado ¿campechanos ellos? Obvio no, puro Michoacán.
Diarios locales en Campeche y a nivel nacional, dan cuenta de que 20 familiares de la Gobernadora, así como del Fiscal del Estado, ocupan importantes puestos tanto en el gobierno estatal como en el federal, percibiendo en conjunto salarios anuales por más de 20 millones de pesos.
Con sueldos mensuales que oscilan entre los 9 mil y los 212 mil pesos mensuales, parientes en primera, segunda y hasta tercera línea de ambos funcionarios estatales, son quienes sangran al erario público. Ellos son la parentela, aparte de los cuates, de la Gobernadora Layda Sansores, “cachorra de la revolución”, por aquello del Jaguar.
Como dice el dicho, “para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta”.
Twitter: @floresaquino